Sánchez busca Buenos Aires

Sánchez busca Buenos Aires

Para ser ministro con Sánchez hay que ser un aficionado, nunca un profesional. El déspota prefiere rodearse de gente ignorante y sumisa que apoye sus abusos a tener que lidiar con ministras de muy férrea personalidad, como Robles y Calviño. Al maniquí le vuelven majara las funcionarias inútiles que despilfarran el presupuesto con alegría y los ministros bailones. Amateur en todo, e igual de torpe que sus esbirros, las ministras cualificadas le ponen los pelos de punta. Apenas dos de entre 22 miembros del Gobierno son tenidos por solventes. El resto es morralla en manos de un zumbado. En una época de tosquedad, donde las decepciones se amontonan sobre los dramas, la sociedad demanda ideales e instituciones nobles. La Justicia -que el déspota se toma a chufla- pesa infinitamente más de lo que él cree. A quien indulte a los golpistas y entregue España a los mercaderes lo hará papilla.

Mi fraternal amigo Hugo Barcáiztegui me echa una mano y me pasa este párrafo que don Miguel de Cervantes escribió hace cinco siglos: “Querido Sancho: compruebo con pesar, como los palacios son ocupados por gañanes y las chozas por sabios. Nunca fui defensor de reyes, pero peores son aquellos que engañan al pueblo con trucos y mentiras, prometiendo lo que saben que nunca les darán. País este, amado Sancho, que destrona reyes y corona a piratas pensando que el oro del Rey será repartido entre el pueblo, sin saber que los piratas sólo reparten entre piratas”.

Nasser Bourita, ministro de Exteriores marroquí, declaró, el mismo día en que Sánchez se piraba a Argentina de gira estival: “La crisis política abierta con España persiste”. Lo cual demuestra lo mucho que le preocupan al maniquí los asuntos de Estado. Y no digamos Ceuta y Melilla. Tampoco le importa un bledo que la Policía se haya incautado de documentos de los CDR, que prueban la reactivación de un nuevo golpe separatista. Rosa Díez en esRadio llama a acudir a Colón para frenar en seco a Pedro Sánchez, para “impedir que este tipejo siga cometiendo tropelías” y muchas otras obscenidades… Pero tan ridícula copia de Gardel, ni se inmuta, él sigue a lo suyo: a gozar de Buenos Aires y jodernos la vida a todos los españoles.

Qué lúcidas palabras de Cervantes: “Los piratas sólo reparten entre piratas”. No nos van a quedar ni las migas.

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