¿Quién riega el jardín en el que se ha metido Garamendi?

¿Quién riega el jardín en el que se ha metido Garamendi?

Si Antonio Garamendi no fuera presidente de la CEOE su opinión sobre los indultos sería irrelevante, pero Garamendi es el presidente de una organización empresarial que no puede, en ningún caso, verse contaminada por el hecho de que a su máximo responsable le parezca que si los indultos a los golpistas catalanes contribuyen «a que las cosas se normalicen» serían «bienvenidos». Habría que preguntarle a Garamendi qué entiende por normalización y, ya puestos, si considera normal que el presidente de la CEOE se preste -no se sabe a cambio de qué- a dar un balón de oxígeno al Gobierno socialcomunista. Garamendi se debe a la CEOE, en cuyo seno han provocado hondo malestar sus palabras.

No es cuestión de repasar los goles por la escuadra que el Ejecutivo de Pedro Sánchez le ha metido a Garamendi -subida del SMI, opacidad en el sistema de reparto de fondos europeos y abandono por parte del Gobierno a las pymes y autónomos-, pero ese es otro cantar. O tal vez no, porque Garamendi se ha convertido en un chollo para el Gobierno, lo que significa que Garamendi se ha convertido en un problema para los intereses de las miles de pequeñas y medianas empresas españolas. Están representadas en la CEOE, pero son convidadas de piedra.

Garamendi, él solito, se ha metido en un jardín al dar la bienvenida a los indultos de Pedro Sánchez. Hombre de talante exquisito, sorprende que el presidente de la CEOE -tendente a planear y a ponerse de canto- haya querido ser tan explícito en su apoyo al Gobierno, lo que, sin duda, alienta las sospechas de que el presidente de la patronal haya sido abducido por el Ejecutivo socialcomunista. ¿Será porque le riega el jardín?

Con José María Cuevas esto sería inimaginable, pero vivimos tiempos en que el Gobierno negocia directamente con los sindicatos y a Garamendi lo tienen esperando en la puerta. Luego le dicen «pasa» y Garamendi entra dócilmente por el aro. No se sabe si en esta ocasión le han dicho «habla» y Garamendi, dócilmente, ha hablado.

Lo último en Opinión

Últimas noticias