¿Por qué se «desangra» Podemos?
Dice el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, que Podemos se desangra por «entrar en el Gobierno y no estar presente en los territorios». Considera el recientemente nombrado por Pablo Iglesias director de la fundación de Podemos, que estos malos resultados electorales se deben a que la formación «no está dedicándose a hacer mucha publicidad de lo que ha logrado en el Gobierno, confiando en que el amor, con amor se paga», pero no sabemos si con esta frase se está refiriendo sólo a la “colocación” de Irene Montero como ministra de Igualdad, de Dina Bousselham como directora de un panfleto podemita, de Lilith Verstrynge como asesora de la Vicepresidencia Segunda del Gobierno y de todas las demás amigas del “macho alfa” de la manada podemita. Lo que sí es seguro es que estaba hablando del descalabro sufrido por la formación morada en las últimas elecciones autonómicas gallegas y vascas del pasado 12-J.
No sabemos a quién pretende engañar Monedero que, como buen comunista, sigue el ejemplo de Lenin y considera que la mentira es una herramienta revolucionaria. Pero lo cierto es que la “sangría” de Podemos tiene poco que ver con su entrada en el Gobierno, sino que viene de lejos. Tan sólo tenemos que comparar los resultados que obtuvieron en las elecciones generales de junio de 2016, cuando consiguieron el 21,34% de los votos y 71 diputados; con los logrados en 2019, que bajaron al 12,84% manteniendo solo 35 diputados, dejándose por el camino 2 millones de votos y viéndose ampliamente superados por VOX. Pero donde más claramente se vio el descalabro de la formación morada fue en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019 en las que perdieron casi todas las alcaldías que habían logrado en 2015 con las que denominaron ‘candidaturas de unidad popular’.
Los habitantes de Madrid, Zaragoza, La Coruña, Santiago de Compostela, etc., habían sufrido en su carne lo que suponía tener a los de Pablo Iglesias gobernando su ayuntamiento y los echaron a escobazos. Y como ellos el resto de españoles habíamos comprobado a qué es a lo que se dedican los podemitas cuando alcanzan el poder, igual que los estamos viendo ahora en los ministerios que Sánchez ha dejado bajo su jurisdicción. Y es que, como bien dice el refrán: “Una cosa es predicar, y otra dar trigo”. Para alcanzar el poder a los de Pablo Iglesias se les llenó la boca con la gente®, ese concepto que parece que inventaron ellos en las plazas del 15-M, entre perros y flautas, haciendo creer a los más ilusos que estos nuevos comunistas populistas iban a ser distintos del resto de comunistas que en el mundo ha habido y que sin la menor excepción siempre han traído sólo hambre y muerte allí donde han gobernado.
Porque han tardado poco en defraudar y hasta su gente® ha comprobado como Iglesias ha tenido prisa para irse del pisito de Vallecas a un casoplón en Galapagar. Como enseguida han propuesto eliminar el límite salarial que impusieron a sus cargos públicos. Y como ya desean alargar su mandato más allá de los 12 años que se habían fijado hasta ahora. Pero lo peor no es que hayan demostrado ser iguales a esa casta política que tanto criticaron, lo peor es que todos hemos visto que su gestión no sirve para mejorar la vida nada más que de ellos mismos. Y que dedican sus esfuerzos única y exclusivamente a gansadas y boberías. Que si celebran el Día de la Visibilidad No Binaria, que si disfrazan de ‘drag queen’ a los Reyes Magos, que si dinero a espuertas para asociaciones neofeministas, esas de las que abominan las feministas de toda la vida, que si desentierran a Franco, que si exaltación republicana… nada para ti, todo para ellos. No, Juan Carlos Monedero, Podemos no se “desangra” por dedicarse a gobernar sino justo, por lo contrario; os vais al guano porque después de veros gobernar, hay que ser muy psicópata para volver a votaros.