Poesía en Argentina

Poesía en Argentina

Hoy la izquierda del mundo está llorando y los liberales soñando. Y hacen bien, porque este es un golpe rotundo ¡una paliza! ¡12 puntos! al pensamiento único internacional, la primera vez que un político totalmente contrario a la ideología buenista gana y lo hace por goleada… Y gana a toda la izquierda, a los parroquianos de Pedro Sanchez, a los estómagos agradecidos de López Obrador, a los fanáticos de Gabriel Boric, y a los feligreses de Nicolás Maduro o Gustavo Petro entre otros oportunistas.

«¡Muchas gracias a todos!», ha dicho el nuevo presidente de los argentinos, sin la necesidad ridícula del «todos y todas» (e incluso del todes) del que ya no se escapa nadie en ninguna comparecencia pública de ningún país civilizado… El economista liberal-conservador Javier Milei, de la coalición La Libertad Avanza AKA, Viva la libertad, carajo o en palabras del político «Surdos Hijosdeputa», así, con s, se caracteriza por su infinito carisma corporal, gestual y mental. Pero, sobre todo, y aquí el mayor contraste con lo nuestro, por una ausencia total y rayana en lo patológico, quizá, de complejos. «León», se dice a sí mismo.

En efecto, si hay algo que caracteriza a este hombre que defiende sin cursiladas la libertad, es precisamente su desembarazo, ese que está frenando al resto de los partidos que pretenden levantarse en la oposición de tantos países sin conseguirlo. ¿Hay algo más atractivo y más convincente que la ausencia de complejos? ¿Hay algo más sexy, más honesto y más inteligente?

Yo diría que sí, por ejemplo, sólo una cosa: el no ser un muermo. Discurso divertidísimo, vehemencia, Milei se muestra elocuente y lírico. Los gestos de Milei, la chupa de cuero de Milei. La peluca de Milei ¿o no es su pelo? A esta izquierda buenista y cínica no se la puede vencer desde amaneramientos y remilgos ¡no! Javier Milei hace historia y derrota a la izquierda corrupta e inepta de Sergio Massa con una sierra de juguete.

Para los que no lo sepan, Javier Milei no es un político, Javier Milei venía de dar charlas TEDx, clases en la Universidad y de escribir libros de economía. Hace muy poco que presentó su proyecto centrado en la reducción del estado, la liberalización de la economía o lo que llaman liberalismo austriaco. Y el pueblo argentino, con una inflación del 149, una tasa de pobreza del 40%, a punto de formar parte de la expresión «país del tercer mundo» ha gritado: ¡Te queremos!

Sin embargo, ese que constituye su principal valor, no ser político, podría ser precisamente su talón de Aquiles. ¿Y quiénes son los que duran años y años, echan raíces podridas y se perpetúan en la política? Definitivamente no las personas con valores y honestas. Para sobrevivir en política, igual que para sobrevivir en cualquier entorno hostil y corrupto vale más ser hipócrita, ladino y taimado.

Pero Milei no lo es ¡ojalá nos dure la fiesta!, que no sólo es la de los argentinos que lo aclaman en contraste con lo que han tenido siempre, la casta, desde el día en que llegó a diputado y decidió sortear su sueldo entre los más necesitados ¿Algún diputado de izquierdas conocido ha hecho semejante cosa alguna vez? ¡Venga!

Miley es un producto televisivo (y político) de alta calidad, un outsider frente a los alegatos soporíferos, al cinismo y a las insustanciales arengas en el marco de lo políticamente correcto (lo cual no quiere decir que sean inteligentes, ni bondadosas, ni necesarias, ni dignas, ni mucho menos honestas).

Tras haber vencido en la campaña más sucia imaginable, donde no fue Milei el que perdió la credibilidad sino la prensa, el nuevo presidente tiene toda la maquinaria mediática internacional en su contra. ¡Suerte León!

¡Enhorabuena, Argentina! Por el gran tino y por no haber sucumbido a los relatos del miedo para disminuidos o colegiales. Y ¡vamos España! ¿Cuánto nos falta por aquí? Si ellos han podido librarse de los que viven de la política, nosotros también podemos…

Ojalá Milei sepa encontrar la forma de sacar a Argentina del pozo donde se encuentra, no lo va a tener fácil, su gobierno será un auténtico tango sobre un escenario realmente resbaladizo. Y, sin embargo, Milei, ya es poesía.

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