Podemos es black
«Black is black», decía la mítica canción de Los Bravos en 1966. «Black is black» bien podría ser también la sintonía de Podemos por hacer referencia a su color preferido que, a pesar de lo que puedan pensar los ciudadanos, no es el morado, sino el negro. Los bolivarianos nacieron viejos. Para ser un partido con poco más de cuatro años de vida, no pueden tener más predilección por todo lo opaco. Más allá de sus tratos conniventes y económicos con la teocracia de Irán y la dictadura de Venezuela, el día a día del partido que dirige Pablo Iglesias está lleno de episodios que no hacen más que agrandar la desconfianza que los españoles sienten hacia ellos.
El último caso de un rosario inagotable se lo ofrece en exclusiva OKDIARIO: un diputado íntimo de Íñigo Errejón tiene montada una estructura societaria para vender libros podemitas sin pagar impuestos. No es extrañar que caigan a plomo en las encuestas, porque cada día sale un nuevo caso en una formación que prometía de manera cursi y altisonante ser «gente», pero que en realidad son sólo «casta». Además de su amigo, Errejón es máster en temas black. Mientras acusa al Partido Popular de «saquear la universidad», olvida los 1.800 euros mensuales que cobró de la Universidad de Málaga sin respetar el carácter presencial de la beca concedida por un profesor afiliado a Podemos.
La coherencia nunca ha sido el fuerte de los populistas, cuyo catálogo de políticos-black tiene un lugar destacado para Ramón Espinar. Ahí está la beca de 480 euros al mes que le dio la Universidad Complutense cuando su padre black era uno de los jefes del centro universitario. Una beca que, como les contó OKDIARIO, argumentó como decisiva para comprar un piso —también black— que adquirió a un precio rebajado por ser vivienda social y con el que logró una plusvalía de 30.000 euros tan sólo un año después. Pura especulación para un político que había hecho bandera contra los movimientos inmobiliarios. El diputado íntimo de Errejón culmina una serie de casos que, por tanto, no hace más que certificar lo que empieza a estar muy claro entre la gran mayoría de españoles: Podemos es black.