El PNV demuestra quién manda

El PNV demuestra quién manda

El serio aviso del portavoz parlamentario peneuvista, Aitor Esteban, el pasado miércoles en sede parlamentaria se lo ha tomado el Gobierno como lo que es, una amenaza. ¿Cómo ha reaccionado? Amilanándose, como siempre.

Todo el mundo sabe que Ignacio Sánchez Galán es el principal protegido político del PNV y todo el mundo conoce del PNV tres cosas. Que no son de fiar (que se lo pregunten al incauto Rajoy); que sólo les importa lo suyo y que tienen meridianamente claro que se juega con casi todo menos con el dinero.

Escrito de otra forma. Que si tienen que elegir entre Pedro Sánchez o Galán optarán por este último. Y este último lo sabe. Ello permite afirmar a la parte radical podemita del Gobierno, que el presidente de Iberdrola (ahora imputado) está echando un pulso a la democracia española y busca dejar en paños menores a un poder ejecutivo incapaz de ofrecer a los ciudadanos lo que les prometió.

Por otro lado, si el PNV quisiera, o mejor le interesase, hace tiempo que habría hecho caer al Gobierno. Tiene mil formas y maneras de provocarlo, legales, of course. Sucede que no le interesa. Sánchez para ellos es un auténtico chollo. Por eso, anda Urkullu llamando al orden a las partes en conflicto, esto es, por un lado, a Galán, ¡modérate Nacho, coño!; por otra a Sánchez, ¡Pedrito, majo, que nos dejas sin industrias! Siempre he mantenido que son jesuitas con boina y en estado puro y santo. ¡Unos genios!

Resulta Galán un hueso duro de roer. Entre otras razones porque su poder es transnacional y el Gobierno Sánchez llega hasta donde llega, es decir, muy poco. Dicen en sus aledaños cercanos que el salmantino (Ciudad Rodrigo) masculla que a él, el gran Nacho, no le van a mear encima unos muchachuelos con barba que no tienen media hostia.

¡Hasta ahora siempre ganó! Atentos a la pantalla.

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