PRIMERA LÍNEA

Un pleno ‘destroyer’

Un pleno ‘destroyer’

El primer trámite de relevancia en el Ayuntamiento de Palma, vinculado a las retribuciones del equipo de gobierno, ha puesto en evidencia de qué va la prepotencia de un PP en minoría que pretende gobernar en solitario y sin alianzas que valgan. Que vaya tomando nota Marga Prohens. La oposición en pleno ha desbaratado los planes del equipo del alcalde Jaime Martínez y no vale decir que Vox se ha alineado con la izquierda -recurso fácil donde los haya- sencillamente porque la izquierda ha vuelto a jugar sucio.

La explicación es sencilla. Lo que se llevaba a aprobación era exactamente lo mismo que había aprobado el anterior equipo de gobierno del Pacte, con mayoría absoluta. Pero Fulgencio Coll decidió ponerse los galones de líder de la oposición y toda la izquierda a remolque, porque solamente buscaban hacer daño. Conviene no olvidarlo: esta izquierda es igual de miserable que cuando gobernaba y por lo tanto en absoluto confiable.

Fulgencio Coll fue claro en su exposición: «Pretenden gobernar por encima de sus posibilidades, confundiendo gobernar en minoría, con gobernar con mayoría absoluta». La izquierda en lugar de optar por un gesto de cortesía y dar por buena una propuesta que ya había aprobado con el Pacte de Progrés, vio el cielo abierto para darle una patada en la entrepierna al PP. Lo que me lleva a sospechar si de verdad el socialista José Hila y su tropa de ediles eran sinceros al ofrecer al alcalde Martínez sus votos para evitar que Vox metiera las manos en los consejos de administración de las empresas municipales.

Parece evidente que desconvocar el pleno para renovar los consejos de las empresas municipales es prueba de la desconfianza que repentinamente ha generado la actitud de los socialistas que, insisto, son tan miserables, ahora, como cuando gobernaban. Veamos el planteamiento. La propuesta era que cada empresa municipal (Emaya, EMT, SMAP y Funeraria) tuviera un total de nueve consejeros, cuatro a repartir entre la oposición y los otros cinco, a ocupar por el PP. Otro simulacro de mayoría absoluta. La propuesta viene a coincidir con la oferta del PSIB de José Hila: estabilidad a cambio de evitar que Vox pueda pintar algo en estos consejos de administración.

Está claro que desconvocar de manera fulminante la convocatoria del pleno en cuestión es prueba evidente de que el alcalde Martínez no se fía de Hila, porque si Fulgencio Coll argumentase, como lo ha hecho, el peligro de ir a tocar los consejos de administración siendo un gobierno en minoría, seguro que la oposición de izquierdas volverá miserablemente a alinearse con Vox dándole una segunda patada en la entrepierna al gobierno municipal de PP. ¿Alguien lo pone en duda? De entrada, supondría que los gerentes del Pacte continuarían en su putos puestos. Y que no venga el PP lamentando que la culpa es de Vox. La culpa señor Martínez es suya por ningunear a su aliado por naturaleza, que no es la extrema derecha, sencillamente es Vox. Ya está bien de comprarle a la izquierda sus mantras de corrección política.

En el pleno que debían aprobarse las retribuciones del equipo de gobierno y comisiones de las áreas de gestión, Fulgencio Coll volvería a pisar callos al referirse a una de ellas supuestamente de especial relevancia para el PP: me refiero, al megaproyecto del área Turismo, Innovación, Cultura, Deportes, Restauración y Coordinación Municipal. Imagino que tiene que ver con el compromiso del PP de ir a reducir carteras, sus gastos y todo lo demás. Sin embargo estamos hablando de la joya de la corona, caso de hacerle caso a la promesa electoral de convertir Palma en capital cultural del Mediterráneo.

Unificar en el mismo paquete deporte y cultura casa bien con los deseos de grandeza para la capital balear. No acabo de saber si igualmente con acertar en el planteamiento estructural. En este sentido, creo que Fulgencio Coll se quedó corto, aunque su planteamiento era de puro sentido común cuando se refería a que «la cultura se pone en régimen de igualdad con el sector de la restauración, cuyo lugar natural debería ser con el comercio».

Reconozco que me había ilusionado la propuesta del PP de convertir Palma en capital cultural del Mediterráneo. Ahora empiezo a ponerlo en duda, porque no se han habilitado los mecanismos conducentes a convertirlo en una realidad y que pasa por un departamento de cultura monográfico y prevalente.

En resumen, Jaime Martínez está obligado a reunirse con Fulgencio Coll y en el menor tiempo posible. Queden ustedes a tomar un café en la plaza de Santa Eulalia a los ojos de todos y hagan saber a sus conciudadanos que sí hay razones para la esperanza. Mientras Marga Prohens aprende la lección de que 26 diputados no son los 30 de la mayoría absoluta. Se ahorrará más de una amargura, por mucho que el PP viva en el pasado del bipartidismo.

En definitiva, y a lo que iba, hemos vivido un inicio con pleno destroyer.

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