Las motomamis de 2022
Acabamos 2022 y los medios revientan de noticias de los mejores y más importantes momentos y personajes del año. Hasta aquí todo bien, sin embargo, habría que definir lo que entendemos por mejor e importante primero ¿no les parece? Los más loables, nobles, sí…. Pero, ¿con arreglo a qué escala? ¿Y qué hay de los más divertidos? ¿Cómo es que ninguno de mis compañeros ensalza a los artistas, políticos o socialités que han conseguido sacarnos del coma de la rutina y lo políticamente correcto? ¿Qué pasa con los que nos hacen reír, queriendo o sin querer? A continuación, mi particular homenaje a aquellas (en la próxima columna hablaré de aquellos) que todo lo viven con pasión, más aún, con sentido del espectáculo:
En el puesto número 1: Macarena Olona
Esta mujer me cae realmente bien, la entrevisté y la seguí con curiosidad como valerosa lideresa (en mi opinión) de Vox y cuando se fue de allí, hasta el mismísimo, y enloqueció (enloquecer siempre es para bien). Este año que acaba disfrutamos, como niños, de sus andanzas en este mundo pacato y temeroso donde lo femenino, la estética, el sentir, el pensamiento y la emoción de las mujeres todavía no se consideran acordes a las responsabilidades de ciertos puestos. Lástima que la utopía feminista quede aún lejos. Pero, riamos, ¿la recuerdan, hecha una castañuela, de sevillana con un rizo en cada patilla, adornada con claveles y a lomos de un caballo? ¿Y cuando después recorrió el Camino de Santiago cual flautista de Hamelín, ante un séquito de medio centenar de idólatras y camiones pitando, procedentes de todos los confines del territorio español, portando banderas y retratos de la bella abogada del Estado, cantando La Macarena al son de estentóreos vítores y sempiternos «¡Viva España!» ¡Una belleza! ¡Gracias, amiga! Arte moderno que no deja de fascinarnos en su generosísimo folclore. Para después, más piadosa, aplicarse a la oración, con sus gafas de Stallone, subir foto comulgando con banda sonora épica (ay Olona, musa POP) y consignas ridleyscottianas como «fuerza y honor».
Rosalía
Esta otra folclórica, versión futurista, esta Motomami diabólica y celestial despierta tantos amores como vivas denigraciones; yo la escucho (ya casi no me gusta de tanto que la he escuchado) y sobre todo la observo, porque no sé qué me seduce más, si su música, que lo mezcla absolutamente todo, con tan poco respeto como sobradísimo arte, o su estilo, verdaderamente poético y adorable, donde hace lo mismo. Les deseo queridos amigos (y sus dentistas también) que no coman chicle en 2023, que es asqueroso y vulgar, pero si lo hacen, no lo hagan remilgadamente, háganlo como la Rosalía. Con desfachatez y ¡A tope!
Tamara Falcó
¿Alguna semana de este año hemos dejado de hablar y comentar sobre la vida, aparentemente fácil e insulsa de la Marquesa de Griñón, sus novios, exnovios y familiares? Puede que ni un solo nanosegundo en el metaverso las gentes de España (y del mundo) hayamos vuelto la espalda a esta auténtica «gozadera». ¿Saben que Tamara ha sido el personaje más buscado en Google por encima de la Reina Isabel II, muertita y todo? Simpatiquísima. Y, por supuesto, estoy deseando que en 2023 vuelva con su Iñigo, guapo y encantador, como ella. Y el hipócrita que se sienta libre de pecado que arroje la primera piedra… ¡Parejón!
Chanel
No había escuchado cantar a esta joven imponente antes del día en el que extraoficialmente ganó Eurovisión (de no ser por la Guerra de Ucrania hubiera ganado, claro) y, más importante, no la había visto bailar o moverse, o agitar el trasero, o lo que sea que haga, que es museable, patrimonio de la Humanidad. ¿Choni, efectista, grosera, paleta, machista, ingenua, provocativa? O puede que… Provocadora, insumisa, Inteligente, valiente, vital, energizante, oportuna… En cualquier caso, digna integrante de esta lista de mujeres poderosas de las que soy fan, desdramatizando, arrolladoramente sexy y levantando el power mujeril como una bestia. ¡Gracias! Si yo tuviera veinte años no volvería a cubrirme las nalgas.
Shakira
A ver, la ruptura con un narciso genera mucha rabia, y la rabia, ya lo saben ustedes, ni se crea ni se destruye, se transforma. En este caso, la artista de Barranquilla ha transformado su rabia en divertidísimos y productivos vídeos y hitazos latinos. Y miren, se lo agradecemos. «Te olvidaste de lo que un día fuimos», canta la colombiana, exhibiendo sus intimidades con las que verdaderamente nos pone en evidencia a todos. Y ¡bien que hace! Desde que saco a la luz su Monotonía las búsquedas sobre lo que significa ser narcisista se han disparado en Internet.