Moncloa y el timo del céntimo de euro

Moncloa

Ya se sabe que una de las fórmulas para saltarse los controles en los contratos públicos consiste en recurrir a los llamados contratos menores, que son aquellos por debajo de los 15.000 euros. De esa forma basta solicitar tres ofertas y proceder a una adjudicación directa sin dar explicaciones. Eso es exactamente lo que ha hecho el Gobierno con el contrato para poner a punto la piscina y el lago artificial del palacio de La Mareta, la residencia habitual de vacaciones del presidente del Gobierno y su familia, en Lanzarote.

El Ejecutivo, a través del Ministerio de Presidencia, ha licitado este contrato por un importe de 14.999,99 euros, justo un céntimo por debajo de la cuantía a partir de la cual sería necesario convocar una licitación abierta. No se han cortado un pelo. De ese modo Moncloa se evita toda la documentación relacionada con el expediente, como la memoria justificativa o los pliegos de prescripciones técnicas o administrativas. Las distintas administraciones suelen justificar el recurso de estos contratos en  que permiten agilizar los procedimientos de contratación.

Lo cierto es que Pedro Sánchez ya prepara sus vacaciones de verano, que le llevarán un año más -durante unos días- al palacio de La Mareta, residencia real que fue utilizada durante varios años por la Familia Real tras recibirla como regalo del rey Hussein de Jordania, hasta que se la entregó a Patrimonio Nacional bajo el reinado de Felipe VI. Fue llegar al cargo de presidente del Gobierno y empezar a remodelar la residencia: en 2020, por ejemplo, encargó en plena pandemia una obra para instalar unos paneles opacos en la zona de la piscina y canchas de baloncesto para hacer imposible la visibilidad desde cualquier punto del exterior.

La Mareta cuenta con más de 30.000 metros cuadrados con acceso directo al mar y está integrada por diez bungalós, de una y dos plantas de altura, el principal de ellos con dos dormitorios, piscina y distintas terrazas. Además dispone de un gimnasio, otras dos piscinas, una pista de tenis, una cancha de baloncesto y una zona extensa ajardinada de 10.000 metros cuadrados. De contrato menor en contrato menor, Sánchez la está dejando a su gusto, pero todo en secreto con la excusa de que está en juego la seguridad del presidente.

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