La mejor foto de la evidente unidad de la Familia Real

foto familia real

La foto de los Reyes Felipe y Letizia con sus hijas de esta semana, en la que los cuatro aparecen entrelazados y sonrientes en un paraje mallorquín de gran belleza, es la mejor demostración de que la conocida frase que afirma que una imagen vale por mil palabras es absolutamente cierta. No podía haber mejor evidencia de que el entendimiento, el cariño paterno filial, la complicidad y la alegría de estar juntos es una realidad inapelable del clima y el ambiente que se respira entre los Reyes actuales y sus dos hijas. Y esa realidad debe llevar a los padres a pensar que han hecho las cosas bien respecto a la educación que han inculcado a la heredera de la Corona española y a su hermana menor. Ellas saben que sus padres están ahí para todo lo que precisen y que el espíritu de comprensión se nota en la cara de los cuatro integrantes de ese núcleo duro de la monarquía que se estableció tras la proclamación de don Felipe como jefe de Estado y de doña Letizia como consorte real.

Tanto el Rey como la Reina han pasado por la experiencia de pertenecer a familias desestructuradas y saben muy bien lo que supone eso para cualquier joven o adolescente: el tener que dividir su tiempo entre su padre y su madre, como en el caso de la Reina Letizia, o saber que aunque sus progenitores mantuvieran las apariencias ante la ciudadanía, la relación entre ellos no era perfecta, como fue para don Felipe.

Estas vacaciones también han servido para que sepamos que el Rey ha querido marcar que sus deseos de navegar con su familia por la costa mallorquina o viajar a alguna otra isla del archipiélago balear es un gesto cuyo coste él debe pagar de su bolsillo. Es algo un tanto insólito para los medios de comunicación que durante años hemos seguido los veraneos de los integrantes de la institución monárquica, en los que el yate Fortuna servía de atalaya a los miembros de la Familia que no participaban en la regata para ver cómo se iba desarrollando la prueba para el monarca anterior, el entonces Príncipe de Asturias y la infanta Cristina. También salían los más jóvenes a bordo de una lancha rápida, la Somni, más práctica para seguir de cerca la regata.

Ahora, no hay ningún barco ni grande ni pequeño al servicio de la Familia Real. Y ésa ha sido la razón de que, acorde con los nuevos tiempos, el Rey Felipe haya llegado a la conclusión de que si quieren dar paseos en barco, lo normal es pagarlo con dinero de su bolsillo, igual que el colegio de sus hijas, según ha puntualizado el Palacio de la Zarzuela. El veraneo de este año, en cualquier caso, va a ser más corto de lo normal. Sólo quedan dos actos de agenda: la recepción a las autoridades y miembros de la sociedad balear -unos quinientos invitados- que por segunda vez se va a hacer en los jardines del Palacio de la Almudaina, y la entrega de premios a los ganadores de la Copa del Rey que pondrá el broche de cierre a la regata. Después, un breve paréntesis hasta el día 17 de este mes de agosto, fecha en la que heredera de la Corona iniciará su formación militar en la Academia General de Zaragoza y se iniciará el proceso previo a la investidura de un nuevo Presidente del Gobierno de España.

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