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José Andrés, el español contra el hambre en el mundo

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  • Jaime Peñafiel
  • Periodista político y del corazón. Experto en noticias sobre la aristocracia y la familia real. Ex redactor jefe de la revista ¡Hola! y fundador del diario El Independendiente y La Revista. Escribo sobre la Casa Real.

A lo largo de este año ha repartido doscientos ocho millones de comidas en Ucrania y estos días ha llevado doscientas toneladas de alimentos básicos a Gaza que se convertirán en un millón de comidas. Además, desde hace tiempo, lleva ayuda alimentaria a las víctimas de todo tipo de catástrofes en cualquier lugar del mundo donde se produzcan. Esta labor humanitaria supone el 90% de su actividad profesional como… ¡¡¡cocinero!!!

«Es un soñador que sobre todo quiere ayudar a quien lo necesite y contribuir a salvar el mundo. Posee la generosidad, rango común de todos los grandes. Le duele el dolor del mundo porque el mundo es su familia», dice de él Albert Adriá.

Estamos hablando de un español: José Ramón Andrés Puerto, más conocido por José Andrés y que, en 2012, apareció en la portada de la prestigiosa revista norteamericana Time, designándole como una de «las 100 personas más influyentes del mundo». Premio Princesa de Asturias de la Concordia en 2021, embajador honorario de la Marca España y dos veces nominado para el Premio Nobel de la Paz y ¡por supuesto! Hijo Predilecto de Mieres, la bella localidad asturiana donde nació hace 54 años.

Aunque reside en Washington, no por ser asesor de nutrición de la Casa Blanca sino porque es propietario, junto a Roberto Álvarez, del restaurante Jaleo, de gran éxito, y también del Café Atlántico, de sabor latino. Según Adriá, «José Andrés se ha dejado la piel llevando a Estados Unidos los productos españoles y dando a conocer las tapas en su restaurante en la capital norteamericana».

Es y se siente tan español que, en un espacio que tenía en la televisión estadounidense, invitaba a los telespectadores: «Venid conmigo y mi familia a un increíble viaje por España donde comeremos en cada región y comprobaremos que la comida española es la mejor del mundo». Así arrancaba su show televisivo, quien, además, todos los años hace el Camino de Santiago. Más español, imposible.

Ya cocinaba con 12 años

Su educación básica se produjo en la Escuela de Hostelería de Barcelona. A los doce años ya cocinaba platos para toda su familia y, a los quince, ingresa en la Escuela de Restauración y Hostelería de la Ciudad Condal e inmediatamente comienza a trabajar en el más famoso e importante restaurante español, El Bulli, de Ferrán Adriá, inaugurado en 1990, situado en la Cala Montjoi, de la localidad gerundense de Rosas, por el que también pasaron Dani García y Sergi Arola.

El nombre de El Bulli viene por el apelativo cariñoso de los perros bulldog del matrimonio alemán propietario del bar que más tarde se transformaría en el mejor restaurante del mundo por la labor gastronómica de los cocineros Ferrán y Albert Adriá, que cerraría el 31 de julio de 2011, después de haber conseguido nada menos que tres estrellas Michelin y hacerse famoso por introducir en la cocina la deconstrucción. Esta consiste en aislar los ingredientes de un plato típico para reconstruirlo de manera inusual, como su emblemática tortilla de patatas.

José Andrés fue, también, el precursor de la gastronomía en la tele, con el espacio Vamos a cocinar, cuyos pasos han seguido el gran Alberto Chicote y los no menos famosos Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera y antes Karlos Arguiñano, aunque José Ramón Andrés Puerta ‘José Andrés’ sigue siendo el cocinero más famoso fuera de España.

Con la colaboración de Open Arms

Posiblemente, llegar a la Franja de Gaza para distribuir alimentos era una de las operaciones más difíciles abordadas por José Andrés, que interrumpió lo de Ucrania, donde llevaba ya nueve meses, cuando supo la grave situación humanitaria de Gaza, con 2,3 millones de gazatíes, cientos de personas muriendo y unos niveles de desnutrición sin precedentes desde los ataques del pasado octubre.

Lo más difícil era lo diplomático para conseguir los permisos necesarios. Para ello, nuestro compatriota viajó durante dos meses a Jordania, Egipto, Chipre, que gestionan los asuntos civiles de Gaza, y Cisjordania. Ese era un problema. El otro, transportar las 200 toneladas de alimentos (una docena de camiones) por mar. Para ello, José Andrés pidió la colaboración de la controvertida Open Arms, esa organización no gubernamental de Badalona con una misión principal: proteger en el mar a aquellas personas que intentan llegar a Europa huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza.

Para ello, tienen el Open Arms Uno, en Barcelona, su puerto base, con 31 plazas para la tripulación y un hospital con 26 camas para rescatar con seguridad.

A ellos acudió José Andrés para esta misión, bautizada con el nombre de Operación Safeena (barco en árabe) aún sabiendo que el barco no tiene capacidad para las 200 toneladas de alimentos no perecederos. Para solucionar tan difícil problema, a nuestro cocinero amigo no se le ocurrió otra cosa que amarrar al barco, con cables de acero, una plataforma de 20 metros de ancha y 10 de larga donde colocar las 200 toneladas repartidas en 130 palés, un cuadrado de difícil estabilidad a causas de las olas. «El límite para zarpar era que las olas no superaran el metro y medio de altura», según Gerard Canals, coordinador de las operaciones del Open Arms.

Un embarcadero y 60 cocinas

Y como la velocidad de crucero del buque es de unos 5,5 kilómetros hora, tres veces más despacio que su velocidad habitual y teniendo en cuenta que la distancia entre Chipre, donde se organizó todo, hasta Gaza es de unas 280 millas, los alimentos de José Andrés tardaron en llegar casi cuatro días. Se trataba del primer corredor humanitario marítimo que lograba finalizar con éxito, el pasado 15, viernes, de este mes de marzo, habiendo zarpado del puerto chipriota de Lárnaca el lunes 11.

Organizar el reparto no era fácil. Por ello, se construyó un embarcadero en la costa de Gaza donde se descargaron las 200 toneladas de harina, arroz, legumbres y atún. Y para condimentar algunos de estos productos, se instalaron 60 cocinas. Se podrá estar de acuerdo o no, pero hay que reconocer los hechos. ¡¡¡Felicidades, compatriota!!!

Chsss…

Nadie entiende cómo pueden ir juntos al cine como si no pasara nada, viviendo separados bajo el mismo techo.

Sólo falta que hagan manitas como ella hacía con el otro.

Como escribe Rosa, «con el anuncio del cáncer llegó el fin de la diversión y se acabó lo que se daba».

Ha fallecido con 77 espléndidos años. No hay que olvidar que con 61 hizo un espectacular desnudo para Interviú.

¿Será verdad que allá donde va presume de ser madre de quien es para que le regalen y, en todo caso, le hagan descuentos en lo que compra? Eso me recuerda las compras de la que antaño fue «la primera dama», terror de anticuarios y joyeros.

Siguiendo así, va adquiriendo la fama de «consentidor».

Lo primero que ha hecho ha sido recortarse la rebelde melena para estar más seriamente presentable. ¡Aunque ni por esas!

A su salida de la cárcel, ¿estaría esperándole en el hogar su todavía esposa?

¡Qué difícil como dice Sabina, en este caso, no pertenecer a la cofradía del Santo Reproche!

Yo que he perdido una hija, me emociona la actitud de Luis Enrique con su proyecto especial en honor de la suya fallecida a los 9 años, en 2019.

¡Pero qué cinismo tiene el tío! Después de habérsele visto comprando todo lo necesario para asesinarle, imágenes hay, ahora intenta demostrar que fue en defensa propia.

¿Se les verá en algún acto religioso esta Semana Santa como sucede cada año en la Familia Real británica?

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