¿Investigar? ¡A todos!

¿Investigar? ¡A todos!
¿Investigar? ¡A todos!

Los edecanes sanchistas, también los plumíferos, se han puesto muy nerviosos con la iniciativa de la presidenta de la Comunidad de Madrid para que la Fiscalía Anticorrupción ponga en marcha los mecanismos para investigar los contratos del Gobierno suscritos durante la pandemia.
¿Dónde está el problema? ¿Tienen algún miedo? Posiblemente… Algo que debería haber puesto en marcha la anterior dirección nacional del Partido Popular.

Nadie en su sano juicio puede oponerse con argumentos serios a que se investigue el famoso contrato de la empresa del hermano de Ayuso. Si obtuvo ventaja por la familiaridad con la lideresa. ¡Hasta ahí podríamos llegar! Pero si en un contrato de un millón largo por compras de mascarillas debe arrojar toda la luz, no puede ser menos que más de 16.000 millones gastados por el Gobierno de Sánchez por el mismo concepto quede en la penumbra o en la más completa oscuridad.

Hay que recordar que fue el propio Gobierno el que se opuso rotundamente a que, ni en sede parlamentaria, ni en los juzgados ordinarios, se llevara a cabo investigación alguna respecto a las compras que hizo el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, y que resultaron un fiasco total. Fueron millones y millones. Todo fue calificado como “secreto de Estado”, igual que los gastos personales del señor presidente del Gobierno, incluida la subvención a la empresa de su padre.

¿Qué sucede entonces? Sucede que la izquierda gobernante cuenta con una enorme ventaja. ¿Qué ventaja? La fiscal general del Estado, ex ministra y activista socialista/podemita. La señora Delgado, aunque ahora cuenta con megamansión en el norte de Madrid, no tiene el crédito suficiente en forma de auctoritas para iniciar investigación alguna, mucho menos conclusión que sea creíble. Continúa siendo una activista política más allá de cómo le quede la toga. Algo que no es de recibo en la comunidad libre de Europa.

Por la forma cómo han reaccionado a la iniciativa de Ayuso, tengo para mí que tienen mucho que ocultar. Levanten las alfombras y veamos.

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