Homenaje a Bernabéu, Di Stéfano y Florentino

Las elecciones catalanas de este domingo (12M) no interesan prácticamente a nadie en internet, pues es cosa de muy ‘cafeteros’ y la gente pasa de ellas como si tuvieran el beriberi, enfermedad contagiosa que afecta al sistema nervioso. No quieren saber nada de los chanchullos ni de la compraventa de voluntades en las catalanas, donde todo se compra y todo se vende igual que en la plaza Jamaa el Fna de Marrakech, donde el beriberi también se expande y convergen abusos con trampas y donde apenas oirás hablar de las insensateces separatistas que maneja el psicópata Sánchez en beneficio propio. En Internet hoy sólo se habla del apoteósico triunfo del Madrid, que jugará la final de la Champions e incluirá en las vitrinas del mejor club del mundo la decimoquinta. Las elecciones catalanas importan un pimiento.

No olvidamos a Santiago Bernabéu que fundó el club, construyó el estadio que lleva su nombre y trajo al mejor jugador de todos los tiempos, Alfredo Di Stéfano. Y felicitamos a Florentino Pérez por haberle nombrado presidente de honor del Real Madrid y por haber levantado el estadio más espectacular del orbe.

Mientras desafinadas sardanas festejan la decadencia del separatismo conducidas por el macarra Sánchez, los merengues, de la mano de Florentino, Ancelotti, mi buen amigo Pirri – nuevo presidente de honor del Real Madrid -, y los cracks que integran este equipo de auténticos fenómenos, merecen reconocimiento por haber hecho felices a más de quinientos millones de personas. ¡Hala Madrid! Y rabie el culé, obligado a retirar de su nuevo estadio el lema Mes que un club. El club inmortal y universal es el Real Madrid.

Incluyamos la anécdota del partido y reconozcamos el acierto de Davide, hijo de Carleto, cuando le dijo a su padre, a quienes une una sintonía perfecta, faltando muy poco para el final: «Joselu, dai» (mete a Joselu) y se obró el milagro, en tres minutos, Joselu hizo dos goles y nos regaló el viaje a Londres. Por eso el Real Madrid es una máquina perfecta, todo funciona a las mil maravillas, desde el fabuloso Florentino Pérez al último recogepelotas, sin olvidar ni a un solo hincha. Y a semejante organización nuestros tristes y eternos enemigos lo llaman suerte. Pues que se preparen, que el 1 de junio van a tener que tragarse la decimoquinta.