Hitos trágicos: siempre gana la izquierda

Izquierda gana Palomo
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

A propósito de la caída de Carlos Mazón, ¡menudo equipo de baratija!, a muchos de los partidarios de mandar a averno al auténtico responsable de la DANA (Paiporta principalmente) se les llevan los diablos por cuanto la caída del popular significa lisa y llanamente un nuevo triunfo para el leviatán monclovita.

En realidad, el triunfo de los zurdos por estos lares y en circunstancias dramáticas o trágicas no es ninguna novedad, circunscribiendo el asunto a los últimos cincuenta años.

Primero, en los años 80, fue aquello del aceite de colza, que fue el principio del fin de aquel partido de centro derecha llamado Unión de Centro Democrático (UCD). A partir del escándalo de la colza que se llevó dos docenas de vidas, el partido que pilotó el milagro de la Transición quedó deshecho y listo para el entierro. Recuerdo que el ariete socialista del PSOE fue Ciriaco de Vicente, un tipo rudo y mal presentado; se bastó y se sobró para enterrar al invento político de Adolfo Suárez.

Sin ser exhaustivo en el relato histórico contemporáneo, al alcanzar el poder el PP, apareció un barco en las costas gallegas, el Prestige, que fue el principio del fin. El fin llegó poco después cuando unos trenes en Atocha estallaron por los aires en una de las actuaciones más vomitivas del PSOE al grito de «España se merece un gobierno que no mienta…». Fue el 11-M el que llevó en volandas a un inútil y un farsante al poder. Tras el desastre Zapatero, llegó con mayoría absoluta Mariano Rajoy que, pese a su mayoría absoluta, también tomó la medicina de la izquierda, esto es, la utilización de cualquier asunto, por nimio que fuera, para movilizar a la izquierdona en las calles. ¿Recuerdan lo de la crisis del ébola cuando una enfermera lo había pillado y se montó la de Dios es Cristo y hubo que sacrificar a Excalibur, su perro?

Sin embargo, resulta curioso que el desastre de gestión del Covid no haya pasado factura a Sánchez en una cifra de muertos intolerable y brutal. ¡Qué cosas!

Bien estudiado, la izquierda española es la más cavernícola y casposa de la izquierda europea. Está instalada en el asalto al Palacio de Invierno y cualquier «condición objetiva» de la que teorizó Lenin se apresta a que les lleve en volandas al poder; lo único que persiguen. Nada me ha extrañado que la DANA valenciana se haya llevado por delante al nada talentudo Mazón. Pero daría igual que lo hubiera hecho medianamente bien. Lo mismo. Su suerte estaba echada tras los casi 300 muertos ahogados por el agua del Barranco del Pollo.

Ahora, intentan en mi tierra castellana hacer algo parecido con Alfonso Fernández Mañueco, a propósito de los incendios del pasado verano. Vamos a ver qué ocurre teniendo en cuenta que las elecciones autonómicas están al caer. Tengo que darles a los revoltosos y falsarios zurdos una mala noticia: en Castilla y León preferimos las nueces al ruido. Y, además, Mañueco no se dejará meter debajo de la mesa.

Finalmente, la derecha debe ir al especialista cuanto antes. Primero, enterarse de lo que pasa; luego, actuar sin contemplaciones.

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