Hispanofobia independentista: el lado oscuro de la historia​

Hispanofobia independentista: el lado oscuro de la historia​

El argumentario contra la hispanofobia que Cris Bravo publicó en Twitter y yo traduje al inglés, mereció tal difusión que he creído conveniente reunir los tuits en una sola pieza, sin descartar, obviamente, que su traducción pueda encontrar acomodo en algún diario del resto de Europa. Se trata de neutralizar, en la medida de lo posible, las mentiras que el nacionalismo catalán ha venido diseminando sobre España por todos los rincones del continente, al punto que una parte en absoluto desdeñable de los europeos han puesto a nuestra democracia bajo sospecha.

Se trata de seguir combatiendo a quienes, en razón de su esencia populista, y parafraseando al psicólogo evolucionista Steven Pinker, se hallan en el lado oscuro de la historia, bien entendido que el Parlamento no es el único escenario hábil para ello. La campaña antiespañola tiene como pared maestra la exaltación del presunto autoritarismo de nuestro Estado de Derecho, hijo de una tradición oscurantista, tenebrosa, tiránica, etc., en comparación con una Europa sí acogería de buen grado el delirio separatista. Sirvan, en fin, estos ejemplos, para poner de manifiesto el profundo desprecio del nacionalismo por los hechos, y su concluyente alergia a la complejidad.

-Londres ha aplicado en 4 ocasiones la Direct Rule —el equivalente a una suspensión de la autonomía— en Irlanda del Norte. Ni esa medida ni el sustrato histórico que hay detrás le han valido a Reino Unido el calificativo de democracia de baja calidad.

-En enero de 2017, el Tribunal Constitucional alemán resolvió que el land de Baviera no tenía derecho a celebrar un referéndum de independencia porque su secesión vulneraría la Ley Fundamental de Alemania. «En la República Federal de Alemania, que es un Estado Nación basado en el poder constituyente del pueblo alemán, los estados no son dueños de la constitución. Por lo tanto, no hay espacio bajo la Constitución para que los estados individuales intenten separarse «, dictaminó el alto tribunal germano. Y pese a ello, no faltaron nacionalistas que a cuenta de la negativa de Alemania a extraditar a Puigdemont, pusieron de relieve la lógica suspicacia de los jueces alemanes ante el autoritarismo español.

-Siendo Alemania un sistema federal, concede menos competencias a sus partes que España a las suyas. La educación, por ejemplo, es responsabilidad del Estado. En cualquier caso, la recentralización de competencias no desencadena ningún trauma nacional, a diferencia de lo que ocurre entre la progresía y el nacionalismo españoles, que ante la mera mención de esa posibilidad proclaman ‘¡Franco vive, Franco vive!’.

-Holanda aplicó su 155 en abril de 2017, suspendiendo la autonomía de la isla caribeña de Curazao, que pretendía independizarse. Las elecciones que se celebraron con posterioridad desalojaron del poder a los nacionalistas insulares gracias al avance del Partido Liberal y el Partido Socialdemócrata, ambos de corte unionista.

-En Francia, la única lengua oficial es el francés. A diferencia de España, ninguna  otra lengua regional es cooficial, ni siquiera el corso. El pasado mes de febrero, el presidente Macron, de visita oficial en Corcega, se opuso frontalmente a las principales aspiraciones del movimiento nacionalista local: la cooficialidad del corso, la restricción del acceso a la vivienda para los no residentes y la amnistía para los presos implicados en delitos de terrorismo.

-Italia es indivisible, y prevé apartar del cargo a todo Puigdemont que promueva actos contrarios a la Constitución.

-Sólo hay tres países de los 193 reconocidos por la ONU que prevén en su Constitución la secesión: Liechtenstein, Etiopía y un estado insular caribeño, San Cristóbal y Nevis.

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