«Españoles, Franco ha muerto»… aunque Sánchez se esfuerce en resucitarle

Editorial Franco

Han pasado 50 años de la muerte de Francisco Franco y lo que debiera ser una figura sujeta al análisis histórico, susceptible a la crítica, obviamente, se ha convertido en un instrumento político para el Gobierno de Pedro Sánchez, la cortina de humo con la que el presidente del Gobierno pretende desviar la atención de la corrupción que rodea a su partido y su familia. Franco, para el sanchismo, no ha muerto, porque su sectaria estrategia consiste precisamente en tratar de construir un relato en el que la derrota de la izquierda en la Guerra Civil se proyecte a la España actual en forma de pureza democrática frente a unas derechas que representan la prolongación de la dictadura. En suma, una infamia y una perversión en toda regla. Franco, para la izquierda, no puede morirse políticamente, porque entonces se quedaría sin el instrumento que sirve de cobertura a esa Memoria Democrática que no es otra cosa que la voladura del espíritu de la Transición española o, por decirlo sin miramientos, la venganza del socialcomunismo por haber perdido la guerra hace casi 90 años.

Todo es un ignominioso proyecto de manipulación no sólo histórica, sino también emocional, porque mantener vivo a Francisco Franco sólo sirve para abrir las heridas de una sociedad que hace tiempo que enterró la figura del dictador, aunque obviamente eso no significara, en absoluto, prescindir del recuerdo crítico de su mandato. Lo de Sánchez es otra cosa. El hecho de que en su memoria no quepa, por franquista, la figura de su abuelo materno revela la catadura moral del personaje. Eso es lo que resulta inquietante en el presidente del Gobierno: su afán por partir España en dos mitades, estigmatizando a quienes no son de izquierdas con el mantra vil de que son herederos de la dictadura. Renegando, incluso, de su propio abuelo materno. Por eso, aunque Franco muriera hace 50 años, el sanchismo necesita mantenerle políticamente vivo. Esa es la guerra civil de Pedro Sánchez.

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