España Suma exige sacrificios

España Suma exige sacrificios

La disputa entre el PP vasco, con Alfonso Alonso a la cabeza, y el PP nacional a cuenta del acuerdo alcanzado con Cs para concurrir juntos a las elecciones en el País Vasco no es la mejor manera de trasladar a la sociedad el mensaje de unidad que demanda la actual situación política. Si el centroderecha pretende ser alternativa al socialcomunismo gobernante, con el apoyo interesado de nacionalistas, separatistas y proetarras, la confluencia de los constitucionalistas es una condición indispensable.

España Suma, el proyecto impulsado por Pablo Casado que fue equivocadamente rechazado por Albert Rivera antes de las elecciones generales de noviembre, requiere sacrificios. Alfonso Alonso tiene que entender que hay situaciones en las que los legítimos intereses partidistas tienen que supeditarse al interés mayor, que en estos momentos es la defensa del marco constitucional y de la unidad nacional.

En el País Vasco, el constitucionalismo, tristemente, no es hoy una alternativa real de Gobierno, por lo que el acuerdo entre el PP y Cs tiene, sobre todo, un valor simbólico y supone un laboratorio de pruebas para un un proyecto de unidad del centroderecha español de largo recorrido. Ese es el valor del acuerdo, que va mucho más allá del resultado electoral en el País Vasco. Lo de menos, en este contexto, es que el PP salga perdiendo y Cs ganando con el pacto alcanzado. Aunque sea cierto.

Alfonso Alonso tiene que asumir, por una elemental cuestión de responsabilidad política, que el objetivo fundamental no es ahora entrar en disputas por el reparto de las listas, sino consolidar una alternativa que a medio y largo plazo permita en el País Vasco al centroderecha erigirse en dique de contención del nacionalismo.

El pacto entre PP y Cs en el País Vasco debe culminar en un gran acuerdo de carácter nacional, pero la disputas y el enconamiento no son la mejor manera de presentarse en sociedad.

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