ERC quiere que Sánchez se arrodille
Fuentes de ERC consultadas por OKDIARIO se muestran inflexibles: «Si Pedro Sánchez no se sienta a hablar con nosotros, no habrá investidura». Y añaden: «Únicamente nos sirve Sánchez». De modo que si el presidente en funciones quiere seguir en La Moncloa, tendrá que ser él persona quien negocie. La formación que lidera el preso por sedición Oriol Junqueras tiene claro que, además de exigir, debe ganar al jefe del Ejecutivo la batalla de la imagen. Esto es, trasladar a la opinión pública que quien aspira a ser presidente del Gobierno de España tiene que pasar por el aro de una negociación pública.
Luego vendrán las condiciones: que Oriol Junqueras pueda hacer campaña en un régimen penitenciario que le permita expresarse sin cortapisas, más, claro está, el compromiso del Ejecutivo socialista de allanar el campo para la celebración de un referéndum de carácter no vinculante que permita al independentismo sacar pecho. Eso, sin olvidar la autodeterminación. En definitiva, ERC va a poner el precio más alto a su eventual abstención, conocedora de que la debilidad parlamentaria de Sánchez es una oportunidad que no puede desaprovechar, más aún cuando su particular duelo con JxCat le obliga a aparentar la máxima dureza.
Sánchez, que tras su acuerdo con Podemos ha dejado clara cuáles son sus intenciones, no podrá permanecer de canto ni perfil, sino que tendrá que bajar a la arena y reunirse con ERC en las condiciones impuestas por los separatistas republicanos, que van a rentabilizar el hecho de que el jefe del Ejecutivo se pliegue a sus exigencias formales antes de entrar en materia. En las actuales circunstancias, ERC no puede bajo ningún concepto abstenerse sin antes exprimir convenientemente al candidato socialista que aspira a ser investido presidente. Serán implacables, advierten. En suma, quieren someter a Sánchez a una cura de humildad después de que durante la campaña electoral éste prometiera mano dura contra el independentismo.
En ERC están dispuestos a hablar, sin líneas rojas, pero con el documento de Pedralbes aprobado por los Gobiernos de España y la Generalitat el pasado diciembre en Barcelona encima la mesa. Los de Junqueras, que desde prisión dirige las negociaciones, quieren volver a aquel acuerdo de mínimos para restablecer el diálogo con el Ejecutivo. Una mesa de partidos de ámbito nacional, con la figura de un mediador, es una de las propuestas que Sánchez y Torra acordaron en ese documento de dos páginas y que ERC quiere recuperar. En resumen, lo que hace un año empezó a romper los puentes entre el Gobierno y el independentismo, es ahora la condición indispensable que pone el independentismo a Sánchez. España en jaque.
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