A Echenique no le quieren ni los suyos

A Echenique no le quieren ni los suyos
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A Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados y señalador de periodistas al más puro estilo chavista, las bases le han bajado los humos y relegado al sexto puesto tras la votación de listas abiertas en el proceso de primarias. El descenso de Echenique es significativo si se tiene en cuenta que en la candidatura que lideraba Pablo Iglesias partía en tercera posición por decisión expresa del secretario general. O sea, que la militancia ha impugnado el criterio del jefe y sacado del «podio» a Echenique, superado en votos por Ione Belarra, Alberto Rodríguez y Noelia Vera.

Al final, Pablo Iglesias hará lo que le venga en gana, pero el hecho de que el voto de las bases haya degradado a Echenique al sexto puesto supone todo un voto de castigo al portavoz parlamentario de la formación morada, cuyos métodos totalitarios, dentro y fuera del partido, han provocado un malestar evidente.  No pasa por sus mejores momentos Pablo Echenique y el hecho de que ya no le quieran ni los suyos es significativo. Lo curioso del caso es que el sistema de recuento utilizado en estas primarias fue creado por el propio portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados, de modo que ha sido rebajado con sus propias armas.

Otros dos hombres fuertes de Iglesias que sufren un varapalo de las bases son Juanma del Olmo, secretario de Comunicación del partido, que pasa del 5 al 9 puesto, y Rafael Mayoral, que cae al 8. Ambos son hombres de la más estrecha confianza del jefe, por lo que el resultado de las votaciones, más allá de la victoria a la búlgara de Pablo Iglesias, representa un toque de atención y un pellizco a la vanidad sin límites del secretario general.

El bofetón de las bases a Echenique se ha producido en un momento en el que la militancia está que trina por el hecho de que se haya impedido cualquier debate con la candidatura de críticos que lideraba Fernando Barredo o porque mientras España lucha contra el coronavirus la votación ha sido exprés, en sólo 6 días, y únicamente de forma telemática.

Son las maneras de un partido que venía a regenerar la política y ahora, cuando ha pisado la moqueta del poder, se ha erigido como número uno de la casta. No es de extrañar que sólo haya votado el 11% del censo. Si hubieran votado más, el descenso de Echenique habría sido aún más profundo.

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