¿Dónde están los antisistema de extrema izquierda? Durmiendo hasta que gobierne la derecha

El hecho de que los expertos de la Policía Nacional tengan identificados a cerca de 2.000 antisistema violentos que permanecen en estado «durmiente» a la espera de un cambio de Gobierno en España para regresar a las algaradas callejeras revela, dado que están «durmientes», que son de izquierdas y que sólo despertarán de su letargo cuando gobierne la derecha.
Es una conclusión lógica, teniendo en cuenta, además, que las zonas calientes donde cuentan con más efectivos dispuestos a movilizarse se hallan en Cataluña, donde predominan los grupos violentos de inspiración anarquista, seguida del País Vasco y la Comunidad de Madrid, donde están dominados por las corrientes comunistas radicales. El dato no es baladí, porque desmonta la tesis del Gobierno cuando alerta del peligro de la «extrema derecha».
Parece evidente que, puestos a hablar de violencia, quienes representan una mayor amenaza para la convivencia -la palabra preferida de Sánchez- son, por número, de extrema izquierda. Y si ahora están durmiendo es porque están cogiendo fuerzas para cuando el socialcomunismo salga del Gobierno. No es que no haya radicales de extrema derecha -claro que los hay-, pero llama poderosamente la atención que los antisistema de extrema izquierda se hayan tomado en calma la presente legislatura y que sólo se movilicen cuando haya que montar la parda en las manifestaciones contra Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo.
Según los expertos policiales, «la estrategia actual de estos grupos radicales de extrema izquierda es la del silencio. Parece que han entrado en un periodo de decadencia, pero no van a desaparecer. Es una corriente que contagia, aflora y se retira». Claro que no van a desaparecer: emergerán con fuerza cuando no gobierne la izquierda. Entonces arderán las calles, se sucederán las algaradas callejeras y la izquierda política dirá que la derecha es incapaz de garantizar la paz social. Esta historia ya la hemos vivido antes. Eso sí, la culpa no la tendrán los radicales de extrema izquierda, sino el Gobierno.