Despotismo frenético

«Todo para el pueblo, pero sin el pueblo», lema que a finales del siglo XVIII adoptó el despotismo ilustrado para engañar a la gente, le vale al tal Sánchez, político disoluto, sin ideas propias y amante del plagiar. Como carece de ilustración, impone su despotismo frenético. El hambre de poder y las mil locuras que cometió en el poder le pasarán factura en 48 horas, que hoy es 26 de mayo y pasado mañana, 28, arderá en las urnas, junto a esas brujas de Igualdad y sus muy peligrosos socios etarras que, a lo largo de esta extenuante legislatura, han dejado claro lo mucho que odian a España.

El zumbado cambió aquel lema por otro que se ajusta más a sus delirios: «Todo para mí, nada para la plebe». Olvidó a los españoles, pero no se olvidó de mentirles, prometiéndole al pueblo el oro, para justificar lo que le sacó con impuestos inicuos. Promesas vanas. Ya nadie le cree, ni siquiera sus adeptos. Tal déspota mutó en un meme, que la gente de bien abuchea y repudia. Su vomitivo Gobierno, por fin, toca a su fin. Las elecciones del 28M, le inyectarán dosis masivas de ricino y el pelele se irá patas abajo. Lo cual celebraremos, por lo que nos ha hecho sufrir semejante idiota y traidor.
Cayetana Álvarez de Toledo detectó la fragilidad de Sánchez, y nos previno: «No se dejen utilizar por este macho beta». José María Aznar también nos avisó: «El Gobierno quiere destruir el país». E Isabel Díaz Ayuso, concluyó: «No hay delito del Código Penal que no protagonicen los socialistas». La compra de votos ha enmudecido la sucia campaña del frenético déspota. Ya sólo le queda Txapote para que le vote. Y su muy libertino suegro, el de las saunas gais. Sin olvidar a Tezanos, que aún mantiene, que tan altivo y tramposo déspota, ganará las elecciones por goleada.

El batacazo, que se va a pegar Sánchez en las elecciones del 28M, confirmará la ilusión que han depositado los españoles en las generales. Lo importante es librarse de Sánchez y del socialcomunismo para siempre. Sin ellos, España, resurgirá.