Cuando el destino de la humanidad depende de la ética

El pasado 29 de noviembre sucedió un hecho histórico que la humanidad entera debería estar celebrando a gritos. Sin embargo, la noticia paso completamente desapercibida, ya que esa misma humanidad estaba más interesada por las compras del Black Friday.

En un acto más que simbólico, la Unesco aprobó en pleno el uso de un marco ético para la Inteligencia Artificial; ¿esto no te dice nada? Pues de iniciativas como ésta, depende en gran medida el futuro de la vida humana en este planeta.

¿Por qué? Desde la primera revolución industrial, la ciencia y la tecnología se apoderaron de la sociedad y las empresas, como motor de la economía ,aprovecharon esta avanzada para hacer grandes inversiones en tecnología que les permitieran la simplificación de los procesos y la maximización de los beneficios.

En los últimos 40 años, gracias al internet, hemos avanzado más tecnológicamente que en toda la historia de la humanidad. Y esto ha permitido, que la otrora imagen que teníamos de las máquinas, como una simple herramienta al servicio del hombre, cambie completamente el paradigma, desplazando al hombre a un lugar menos preponderante.

Vivimos en una sociedad conectada por máquinas ultra sofisticadas, con algoritmos que a diario clasifican cientos de millones de datos en tiempo real. Y aunque esto es una de las mejores herramientas con las que, por ejemplo, una ciudad puede contar para manejar mega datos como el tráfico, la salud, los servicios públicos, el transporte público, etc., no podemos perder de vista, que estos mismos algoritmos funcionan con un sistema llamado Automated Decisison Making (toma de decisiones automatizadas).

Este tipo de procesos, en donde la interacción humana desaparece, puede tomar decisiones tan delicadas como: si eres apto para una hipoteca, si tu perfil es aplicable a un trabajo, tu salario, tus capacidades, si puedes recibir una cirugía, el colegio de tus hijos, y la publicidad que recibes. En pocas palabras, tomar algunas de las decisiones más importantes en la vida de cualquier persona.

Por ello, la Unesco hace una llamada a que la inteligencia artificial se encamine sobre una base de sostenibilidad, en donde en estos sistemas estén programados bajo parámetros de equidad, justicia, respeto, diversidad, inclusión, etc., en conclusión con ética.

En la actualidad tenemos problemas con la inteligencia artificial muy preocupantes, sin embargo, no hay que caer en el error y pensar que esto es algo que se solucionará desde la tecnología. Los grandes desafíos a los que nos enfrentamos con estas tecnologías cada vez más complejas son de carácter humano, ya que hasta hoy son personas las que siguen programando estos sistemas, y serán ellas las llamadas a pensar éticamente en los otros, antes de establecer las directrices de un algoritmo.

La ética, como la ciencia que estudia la conducta humana y que determina las bases morales para el bien y el mal, debe ajustarse al momento histórico que vivimos; pero lo más importante es que como humanos comencemos a debatir y lograr consensos como el de la Unesco, para que estas máquinas hagan parte del bien común humano, y no funcionen en contra de este.

Recuerda que aún somos nosotros quienes tenemos la capacidad ética de elegir entre el bien y el mal, las máquinas no.