¿El congreso de Podemos o el congreso del PCUS?

¿El congreso de Podemos o el congreso del PCUS?

Podemos planteará en su congreso el debate sobre la ilegalización de Vox, asunto que, en otras circunstancias, se prestaría a una carcajada interminable. Dado que la formación morada está en el Gobierno de España, sus tentaciones totalitarias resultan más inquietantes. Los amigos íntimos de Bildu quieren ilegalizar a la formación de Abascal con el argumento de que representa una amenaza para la democracia española. Habría que evocar a Gustavo Adolfo Bécquer: «¿Qué es amenaza para la democracia?, dices mientras clavas/ en mi pupila tu pupila azul./ ¿Qué es amenaza para la democracia? ¿Y tú me lo preguntas?/ Amenaza… eres tú». Pero como no es cuestión de ponerse lírico, simplemente habría que recordar que la pretensión podemita está inspirada en la clásica estrategia totalitaria que se aprendieron al dedillo durante sus viajes a Venezuela, Cuba y otros paraísos populistas. La salida de Pablo Iglesias de la secretaría general de Podemos no se ha traducido en una mayor apertura, porque esta gente es viejuna a la hora de aplicar el rodillo o la guillotina ideológica. Más o menos, como hacía la gente del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética)

Lo de Vox provocaría risa, pero dado que los de Podemos son lo son y no lo ocultan, convendría ponerse serio y tomarse la propuesta como lo que es: un retrato de su alma dictatorial. Venían a regenerar la democracia y lo que han conseguido es subvertirla, denigrarla, tratar de dinamitarla desde sus altas responsabilidades políticas -con el consentimiento de Pedro Sánchez-. Son amigos de los golpistas -tanto que los van a sacar de la cárcel para que siga el pasteleo- y enemigos declarados de aquellas formaciones que llevan en sus señas de identidad el respeto al marco constitucional y la unidad nacional. Después de Vox querrán ilegalizar al PP -ya lo pidieron en su día-, hasta lograr ocupar el poder según el modelo Hugo Chavez, ese patriota que les enseñó cómo triturar la democracia, la libertad, los derechos humanos y la más elemental dignidad de las personas.

«¿Qué es amenaza para la democracia? ¿Y tú me lo preguntas? Amenaza … eres tú»

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