Comunistas quieren ilegalizar a PP y Vox
Siempre he mantenido que Pablo Iglesias, con sus enormes contradicciones, es de los pocos dirigentes políticos que no oculta ni su pensamiento ni sus intenciones. Se le podrá reprochar su radicalismo y lo que sea menester, pero que intente disimular sus objetivos últimos, no.
Al padre de Podemos hay que leerle y escucharle siempre. Da muchas pistas sobre casi todo, independientemente de que se esté de acuerdo con él o no. Recuerdo que en aquella primera entrevista en TVE con el gran Sergio Martín (2014) pregunté a la entonces emergente figura de la política española si era «comunista», y él intentaba ocultar su comunismo porque ser comunista chirriaba a importantes capas del caladero de la izquierda y asustaba a las derechas. Como llevaba la lección bien aprendida salió por peteneras para hablar de «movimiento trasversal», aunque tampoco trató de ocultar su fundamental adn que pasaba por invocar a Carlos Marx, Federico Engels y Lenin.
Hoy no tiene necesidad de permanecer en la desenfilada. Han pasado muchos años y hoy su objetivo máximo (también en la más pura tradición comunista) es incidir en el pasmo en el que está instalado el PSOE de Pedro Sánchez.
De paso, en la semana que agoniza apuntó esto: «Si por mí fuera, ilegalizaría a Vox por fascista y al PP por corrupto». Es su posición que no puede sorprender a nadie. Claro que por el mismo precio también tendría que meter en el saco al PSOE, al que el detritus amarillo le sale por las comisuras de los labios a Pedro Sánchez e, incluso, a Sumar por colaboracionista con un gobierno y un partido nítidamente corruptos.
Para acabar el post podría rememorar aquella famosa presentación en los albores de la Transición que Fraga hizo de Santiago Carrillo en el entonces también famoso Club Siglo XXI: «¡Señoras y señores, ante ustedes un comunista de mucho cuidado!».