La comunidad internacional tiene que acabar con la dictadura en Venezuela

La comunidad internacional tiene que acabar con la dictadura en Venezuela

Nicolás Maduro es el veneno que corroe la salud del enfermo crónico que es Venezuela. La comunidad internacional debe acabar con la dictadura que encabeza el populista antes de que en el país sólo haya ruina sobre ruina, algo para lo que falta muy poco. El heredero del tirano Hugo Chávez no está legitimado para seguir como jefe de Estado. Por si hubiera alguna duda, las últimas elecciones presidenciales han mostrado al mundo cómo actúa un Gobierno represivo, tramposo y antidemocrático. Con una abstención récord —la participación no llega al 47%— y cientos de denuncias por fraude, es el momento de que la democracia vuelva a una nación destruida por los bolivarianos.

Maduro ha obtenido el peor resultado de la historia del chavismo a pesar de amañar los comicios. Otra evidencia de que el régimen tiene los pies de barro y que una acción decidida de la comunidad internacional podría devolver a los ciudadanos aquello que piden a gritos: libertad. Libertad para poder vivir, votar y opinar sin que nadie condicione sus vidas. Libertad para huir de la miseria. Libertad, en definitiva, para pasar página a una época protagonizada por dos de los personajes más siniestros de su historia: Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Estados Unidos ha comenzado a tomar cartas en el asunto y, además de calificar las elecciones como «farsa», ha anunciado nuevas sanciones. En ese sentido, hay que felicitar a su presidente, Donald Trump. La nación más poderosa del mundo restringirá la compra de deuda pública venezolana.

Maduro se ve así acorralado y su voluntad de estar durante al menos seis años más en el cargo se hace inviable, ya que la hiperinflación, la corrupción, la escasez de alimentos y la depreciación monetaria llevarán a una nación rica en recursos a un auténtico caos sin remisión. Amén de los presos políticos que se hacinan en las cárceles o de la inseguridad que reina en las calles debido a los innumerables robos y saqueos en un contexto de violencia exacerbada. Ante la democracia falsificada de los amigos y financiadores de Podemos, países como Argentina, Brasil, Canadá, Colombia o México hacen bien en no reconocer la reelección de Maduro. Esta dictadura debe acabar antes de que haya una catástrofe humanitaria.

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