Cinco meses con Milei: resultados de un Estado a ‘dieta’

Yayi Morales, Argentina, Milei

Desde el 10 de diciembre de 2023, con la asunción del presidente Javier Milei, economistas y técnicos han tomado las riendas de la Argentina. El foco se ha puesto diariamente en la economía porque éste es uno de los frentes que más ha atormentado a los argentinos. La exigencia con la que se juzga esta gestión (o cualquier otra), resulta saludable para evitar que el Leviatán abuse de su poder. Ahora bien, en Argentina suele decirse que todo debe medirse “con la misma vara”. Analicemos qué recibió la gestión actual y veamos las mismas variables hoy, a pocos días de cumplirse 5 meses de presidencia de Javier Milei.

Por empezar, la inflación de la Argentina ha dado qué hablar en el mundo entero. Y no es para menos. El año 2023 finalizó con un 211,4% de inflación, con el capítulo alimentos y bebidas no alcohólicas corriendo a una velocidad casi del 400% anualizada. Alarmante. El lector podrá imaginar que dicha categoría perjudica directamente a quienes menos tienen.

Argentina, inflación, Yayi Morales

Por su parte, el 2024 comenzó turbulento en materia inflacionaria debido a la irresponsable emisión monetaria del gobierno kirchnerista de Alberto Fernández. El entonces Ministro de Economía, Sergio Massa, con el afán de llegar a la presidencia, no dudó en financiar su gasto público con emisión de deuda: en 2023 se emitieron casi 5 billones de pesos, aproximadamente un 47% de la Base Monetaria.

En lo que respecta a la gestión del Presidente Milei, con el ajuste fiscal y el nulo financiamiento del Banco Central al Tesoro, la inflación se fue desacelerando estrepitosamente. Se espera que el dato del mes de abril arroje un resultado de un dígito mensual (por debajo del 10%), mientras que el mes de mayo ya ha comenzado con productos puntuales en deflación. Algo impensado poco tiempo atrás.

En segundo lugar, es menester mencionar la situación del Banco Central de la República Argentina (BCRA). En diciembre de 2023, la gestión actual se encontró con esta institución quebrada, con reservas de poco más de USD 20.000 millones. Por el capricho de sostener un tipo de cambio oficial inferior al de mercado, con una brecha cambiaria que por momentos se acercó al 200%, la gestión de Fernández, fue una máquina consistente de vaciar las arcas del BCRA.

Por el contrario, en los últimos meses, ha mejorado sustancialmente el balance del BCRA. Desde diciembre en adelante se han comprado reservas por más de 15.000 millones, dando un resultado hoy superior a 28.000 millones de dólares.

Por otro lado, con el objetivo de sincerar precios controlados que únicamente aportaban complicaciones y distorsiones en la economía argentina, desde diciembre de 2023, el tipo de cambio oficial se ha devaluado un 50%. Este dato puede resultar alarmante para quienes desconozcan cómo funcionaba la Argentina previo a la era Milei. Sin embargo, es importante recordar que en aquel momento el tipo de cambio oficial presentaba una brecha superior al 100% con el tipo de cambio libre (aquél al que realmente podían acceder los argentinos) y dicha distancia era una bomba de tiempo que eventualmente iba a explotar. La pregunta era si lo haría de manera descontrolada, generando aún mayor caos económico. Ya vemos que eso no sucedió.

Por último, en el mes de marzo, Argentina ha obtenido superávits gemelos por primera vez en más de una década. Esto se debe, por un lado, al propio superávit tanto primario como financiero, que reafirma el compromiso del gobierno con la disciplina fiscal. Con este resultado, el gobierno de Javier Milei acumuló por primera vez en 16 años un trimestre superavitario en su totalidad y sobrecumplió holgadamente la meta acordada con el FMI para los primeros meses del año: 4.500 millones de superávit primario frente a los 960 acordados. Por otro lado, marzo registró también un saldo comercial favorable en 2.059 millones de dólares, empujado por un incremento en las exportaciones y un derrumbe en las importaciones.

Argentina ha sido gestionada de manera desastrosa durante años. No podemos esperar que en cuestión de semanas, el daño que se ha causado en décadas, sea solucionado. Aún así, resultados positivos han empezado a asomar antes de lo previsto. Queda mucho por andar pero los primeros pasos ya se han dado en la dirección correcta.

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