Ayuso acierta: el «plan oscuro» de Sánchez es un camelo
El plan de ahorro energético vendido por Pedro Sánchez es un camelo superlativo, porque el objetivo del Gobierno de reducir el consumo un 7% se va a lograr no por las medidas del Ejecutivo socialcomunista, sino porque antes de la crisis, con los precios de la luz y el gas mucho más baratos, ya había un 10,9 de españoles que no podía poner la calefacción. Por tanto, las recomendaciones del Gobierno a las familias españolas para que moderen el consumo de gas y de luz son un flatus vocis, una palabra vana. En realidad, desde mucho antes que el Ejecutivo anunciara su plan, los españoles ya habían reducido el consumo. Por pura necesidad. Si, como parece evidente, el precio de la energía seguirá subiendo como consecuencia de que Vladímir Putin está en una estrategia de ir cerrando progresivamente el grifo del gas, los precios futuros serán sensiblemente superiores a los actuales. Cuando llegue el invierno, el consumo de calefacción caerá mucho más del 7%. Ojalá sólo cayera un 7%, pero tristemente el porcentaje de españoles que no podrán calentarse se incrementará muy por encima de ese 10,9% que hace un año ya no podía hacer frente a la factura.
Por eso tiene razón Isabel Díaz Ayuso: el «plan oscuro» de Pedro Sánchez tiene más de propaganda que otra cosa. Los madrileños, como el resto de españoles, tendrán sí o sí que reducir el consumo mucho más allá del umbral de ese 7% fijado por Sánchez. A la fuerza ahorcan. Las medidas obligatorias para los escaparates de comercios y edificios públicos -a oscuras desde las 22 horas- sobraban, porque si lo que se pretende es consumir menos que no le quepa ninguna duda a Pedro Sánchez de que los españoles consumirán menos energía que nunca. No porque se lo pida el presidente del Gobierno, sino porque es la única manera que tienen millones de familias españolas de llegar a fin de mes.
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