Especie invasora

Parece inofensiva, pero pocos saben que en España es una especie invasora que fulmina los ecosistemas fluviales

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Egeria densa. Imagen: Lamiot.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

En España hay alrededor de 200 especies invasoras que han llegado con una misión muy concreta: instalarse en un hábitat que no es el suyo y arrasar con todo a su paso. Algunas caminan, otras vuelan y unas cuantas simplemente flotan.

Este es el caso de la Egeria densa, también conocida como elodea densa o broza del Brasil. Esta planta viene de Sudamérica y lleva más de un siglo en los espacios acuáticos de nuestro país. Se vio por primera vez en el estanque de El Retiro, en Madrid, en 1912. Y nadie imaginaba entonces el impacto que acabaría teniendo.

Esta es la planta invasora que colapsa ecosistemas fluviales

Se utiliza como planta ornamental en acuarios y estanques, pero en libertad se transforma en una amenaza. La Egeria densa crece a gran velocidad, se multiplica por fragmentación y coloniza el terreno de forma tan eficaz que en cuestión de semanas puede cubrir grandes superficies de agua dulce.

Las hojas son pequeñas y puntiagudas, agrupadas en verticilos a lo largo de tallos que pueden superar los dos metros. Florece en la superficie, pero lo que hace realmente daño pasa bajo el agua: forma capas tan densas que bloquean la entrada de luz y desplazan a otras especies.

No tolera las heladas, pero en la mayor parte del año encuentra las condiciones ideales para crecer. Prefiere aguas lentas, con buena iluminación y poca profundidad. Y eso abunda en muchas zonas de la geografía española.

Por qué es tan grave la amenaza de esta planta invasora en España

Su presencia ha sido confirmada en regiones como Madrid, Valencia, Galicia, Cataluña o Andalucía. Y el problema no es sólo ecológico. Allí donde se instala, la Egeria densa modifica el ecosistema: reduce la biodiversidad, agota el oxígeno del agua, altera el caudal y convierte los fondos en una trampa de sedimentos.

Ha provocado la desaparición de especies nativas como Potamogeton illinoensis en México. En Estados Unidos se gastan millones de dólares al año para frenar su avance. En Nueva Zelanda, incluso, llegó a bloquear las turbinas de una planta hidroeléctrica.

En España, su presencia compromete tanto el uso recreativo del agua como su aprovechamiento energético. Actividades como la pesca, la navegación o el simple baño se ven afectadas cuando esta planta lo ocupa todo.

Qué medidas se han tomado y por qué no está funcionando

La Egeria densa está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Eso implica que está prohibida su comercialización, transporte o liberación en el medio natural. Pero el control real es difícil.

No hay una técnica única que funcione. El arranque manual puede valer si la infestación es pequeña, pero suele acabar dispersando más fragmentos. Los herbicidas, aparte de estar limitados por ley, provocan efectos secundarios indeseables. Y el control biológico aún está en fase experimental.

Erradicarla parece casi imposible. La única opción viable pasa por contener su avance, frenar nuevas introducciones y apostar por la prevención. Y ahí entra en juego la información: saber qué plantas no deberías tirar en una charca o cuáles no comprar para decorar un acuario.

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