Tu perro no te lame porque te quiera con locura: ésta es la razón más común


¿Alguna vez te has preguntado por qué tu perro te lame? Quizá creas que es su forma de demostrarte su amor, pero, según explican los veterinarios y expertos en comportamiento canino, no siempre es así. Desde hace siglos, los perros se han convertido en compañeros inseparables para familias en todo el mundo, pero hay quienes no terminan de entender su lenguaje corporal. Entre todos los comportamientos que muestran a lo largo del día, uno de los más frecuentes es lamer: las manos, la cara e incluso la ropa. Pero, ¿por qué lo hacen?
El acto de lamer no significa necesariamente un «te quiero». De hecho, la razón más habitual por la que un perro lame a las personas no está relacionada con el cariño, sino con otros factores que tienen que ver con el instinto, la biología y la comunicación canina. Se trata de una conducta que aprenden desde que nacen, ya que, durante las primeras semanas de vida, las madres lamen a sus cachorros para estimular su respiración, limpiarlos y crear un vínculo. Al mismo tiempo, los cachorros lamen el hocico de su madre como para pedir alimento. Cuando crecen, trasladan ese aprendizaje al trato con otros perros y con los humanos.
¿Qué quiere decir el perro cuando te lame?
Uno de los motivos más frecuentes del lamido es mucho más sencillo de lo que parecen: la piel humana tiene sabores y olores que resultan atractivos para los perros. De hecho, varios estudios etológicos demuestran que, cuando se ofrecen superficies impregnadas con diferentes sustancias, los perros tienden a lamer aquellas que contienen sodio o grasa.
El lamido también cumple una función comunicativa dentro de la jerarquía canina. En las manadas, los miembros de menor rango suelen lamer a los de mayor rango en señal de respeto o sumisión. Este comportamiento, trasladado al ámbito doméstico, puede interpretarse como una forma de decir: «te reconozco como líder del grupo».
Estrés y ansiedad
Otra de las explicaciones que ofrecen los expertos en comportamiento animal es que el perro lame para calmarse cuando está estresado o ansioso. El lamido produce una sensación de calma, y el lamido repetitivo es una de las estrategias más comunes para relajarse. En este sentido, cuando el comportamiento es muy repetitivo, puede ser síntoma de ansiedad por separación, falta de estimulación o incluso dolor físico. El perro está indicando que algo no va bien, y es necesario acudir a la consulta veterinaria para un chequeo.
Refuerzo positivo
La razón más común de todas, sin embargo, es el refuerzo positivo. Cada vez que tu perro te lame y tú respondes con una caricia o una palabra de cariño, el perro aprende que este comportamiento es efectivo cuando quiere llamar tu atención. Este círculo de acción y recompensa convierte al lamido en un hábito persistente, y lo que empezó como instinto termina siendo una costumbre diaria.
Cuándo preocuparse
Aunque lamer es una conducta normal y saludable, existen casos en los que conviene prestar atención. En primer lugar, los lamidos excesivos hacia sí mismos pueden indicar dolor localizado, infecciones cutáneas o alergias. Por otro lado, cuando los lamidos son compulsivos y dirigidos a objetos inusuales, a veces se relacionan con déficits nutricionales o problemas de conducta. Finalmente, los lamidos persistentes a personas pueden estar relacionados con estrés y ansiedad.
Cómo responder al lamido
La reacción ideal depende de cada caso. Si disfrutas de los lametones y no son excesivos, no hay ningún problema en permitirlos. Si prefieres reducirlos, puedes:
- Para no reforzar su conducta, los expertos en comportamiento animal recomiendan ignorar al perro cuando te lama.
- Si el lamido se vuelve muy insistente, procura redirigir su energía. Para ello, puedes ofrecerle un juguete para que muerda.
- El refuerzo positivo es la mejor forma de educar a un perro; no se trata de castigarle cuando hace algo mal, sino de premiarle cuando hace algo bien. En este contexto, dale un premio cuando se acerque a ti sin lamer. De esta manera, aprende que hay otras maneras de interactuar contigo.
En definitiva, tu perro no te lame porque te quiera con locura en el sentido que entendemos el amor nosotros. Lo hace porque se trata de un comportamiento aprendido y reforzado. Aunque a menudo lo interpretamos como una muestra de cariño, lo cierto es que detrás de ese gesto se esconden factores instintivos, biológicos y sociales.
El lamido también tiene un fuerte componente de comunicación social. En las manadas de lobos y perros salvajes, los ejemplares de menor rango lamen a los de mayor jerarquía como una señal de respeto o sumisión. Pero la explicación más común está en el refuerzo positivo. Cada vez que tu perro te lame y tú le respondes, él aprende que esa conducta le da resultados. Así, el lamido se convierte en una herramienta eficaz para acercarse a ti y obtener lo que desea.