Ofrecen hasta 2.000 € a cada okupa de Carabanchel para que abandone las viviendas asaltadas
Los vecinos denuncian que la promotora, Vivenio, ha desaparecido por completo y no les dan una solución
Este viernes ha comenzado el segundo intento de desalojo de los individuos que han okupado 27 viviendas en un edificio situado en la calle Excelente número 6 del madrileño barrio de Carabanchel. Según fuentes consultadas, la empresa Serviokupa estaría ofreciendo hasta 2.000 euros a cada una de las personas que han entrado de manera ilegal estos inmuebles para que los abandonen.
Es un precio que más de un okupa podría ver muy razonable aceptar teniendo en cuenta que la anterior empresa que negoció con ellos les ofreció alrededor de 1.000 euros por cabeza. Una cantidad que, según los okupas, no era suficiente para recuperar el dinero invertido en la reserva del piso que han usurpado. Alegan que alguno de ellos llegó a abonar 2.400 euros para quien les facilitó la entrada en esas viviendas.
Alberto Cuesta, gerente de Serviokupa, no ha reconocido ante las cámaras que se les esté ofreciendo dinero a los okupas por abandonar las casas, pero varias personas relacionadas con el caso así lo atestiguan a este diario. Cree Cuesta que los individuos que están detrás de esta masiva okupación (28 viviendas y más de 100 personas en situación irregular, todos de origen latinoamericano), pertenecen a la misma mafia que hace unos meses se hizo también con un edifico en el barrio de El Cañaveral, también en Madrid, ya que el procedimiento de okupación y la forma de cambiar los bombines y las cerraduras fue la misma.
Cuesta además hace un llamamiento a extremar las precauciones porque las okupaciones van en aumento: «Etán yendo a un ritmo muy fuerte, hace unos meses eran 12 viviendas, ahora 27, ¿mañana qué va a ser, 50? Esto no tiene pinta de que vaya a parar», asegura.
Este episodio de macrookupación saltaba a la palestra a comienzos del mes de diciembre debido a su magnitud y se conocían detalles que han escandalizado a la opinión pública, como que los okupas cuentan con su propio conserje que les abre la puerta. Los vecinos legales llevan semanas denunciando que estas personas no respetan las reglas básicas de convivencia, protagonizan peleas nocturnas y ponen música hasta altas horas de la madrugada, además de haber montado una «discoteca» en una de las viviendas, tal y como ha explicado a este periódico uno de los vecinos.
Los inquilinos que pagan de manera legal su alquiler también denuncian que la promotora del edificio, Vivenio, ha desaparecido por completo desde la fuerte pelea que ocurrió en el portal hace unos días entre los okupas y los integrantes de la primera empresa de desokupación que llegó al inmueble. Los vecinos aseguran que Vivenio no les da ninguna solución, no cogen las llamadas y tan sólo envían mensajes robotizados informando de que «han recibido la solicitud».
Pelea entre okupas
La pelea ocurrió el pasado 23 de diciembre, después de que varias familias latinas, muchas de ellas peruanas, se instalaran en este lugar durante el puente de la Inmaculada porque, de acuerdo con las primeras investigaciones policiales, una mafia les vendió las viviendas, que no estaban habitadas, por entre 2.000 y 3.000 euros mientras hacían cola para acceder a un comedor social de una iglesia del barrio.
El día antes de Nochebuena, los trabajadores de la primera empresa de desokupación que acudieron al edificio fueron expulsaron a palos por parte de los asaltantes. Muchos vecinos grabaron este enfrentamiento que rápidamente se viralizó en las redes sociales.
Tras la batalla campal para expulsar a los miembros de la empresa que había contratado la promotora de las viviendas, Vivenio, algunos de los usurpadores acudieron a la comisaría para denunciar agresiones por parte de estas personas. Los trabajadores de la empresa de desokupación también resultaron heridos.
Los vecinos con los que OKDIARIO ha hablado este viernes aseguran, sin embargo, que la trifulca se originó entre los propios okupas y que los de la empresa que pretendía desalojarlos sólo quiso intermediar entre ellos.