El consejero de Educación de Madrid: «La izquierda quiere igualar por abajo y no premiar el esfuerzo»
Enrique Ossorio (Badajoz, 1959), consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, carga contra el PSOE y Podemos por abogar por el aprobado general a los estudiantes. «Es el peor mensaje que se podría dar a los alumnos», señala en una entrevista telemática con OKDIARIO en la que apunta que «la izquierda quiere una Educación que iguale por abajo y que no premie el esfuerzo».
PREGUNTA: El Ministerio de Educación da vía libre para expedir títulos con suspensos, ¿si hay aprobado general, los niños se van a esforzar lo que queda de curso?
RESPUESTA: Era el peor mensaje que se podía trasmitir a los alumnos. Están reinventando la educación junto con sus profesores a distancia. Pero dejamos muy claro que en Madrid no va a ser así. Vamos a respetar las normas básicas y decimos a los docentes, aunque no hacía falta, que después de lo que ha sucedido, hay que hacer evaluaciones individualizadas con justicia. Sabiendo las circunstancias familiares de cada niño, si tiene ordenador, qué problemas tiene… Que ningún niño quede perjudicado por el coronavirus, pero manteniendo siempre el espíritu de esfuerzo característico de la Comunidad.
P: ¿Por qué cree que la izquierda está interesada en los aprobados generales?
R: Yo vengo de otros ámbitos, de la Hacienda, de la Economía… donde estuve 20 años. Ahora en Educación he comprobado que lo que me contaban era cierto: La izquierda, ahora el Ministerio, quiere una educación que iguale por abajo y que el esfuerzo no sea premiado. No le encuentro ninguna explicación. Sólo que la izquierda no quiere avances en la calidad de la educación, una sociedad formada, con criterio, que evalúe a los gobiernos por la gestión. Con el Covid-19 es clarísimo. El Gobierno nunca querrá una sociedad que valore su gestión desastrosa, las improvisaciones, el que por temas ideológicos con el 8M pospuso las medidas… Al Gobierno no le interesa una sociedad preparada frente a la desinformación que practica desde La Moncloa con esos soporíferos sermones de Sánchez. Eso en una sociedad crítica no tendría ningún éxito.
P: Este domingo salen los niños a las calles. Isabel Díaz Ayuso no era muy partidaria de este paso, ¿lamentaremos esta carrera política por colgarse esta ‘medalla’?
R: Deseo sinceramente que todo salga bien y que no tenga ninguna consecuencia negativa. Pero cuando ese tema se le plantea a la presidenta, lo que defiende es que hay que consultar a los epidemiólogos, sobre si esa medida es acertada. Todos queremos que los niños y el resto salgan a la calle. Ellos aunque no padecen la enfermedad, son vectores. Contagian y ahora mismo, con toda la muerte que hemos visto, retroceder sería un fracaso terrible. Sería horrible. Para la economía también. Deseando que la medida no traiga malas consecuencias y sea un éxito, decir que la Comunidad de Madrid no lo hizo porque hasta que los sanitarios digan que es conveniente, no vamos a estar de acuerdo con eso.
P: El presidente de Andalucía ha puesto encima de la mesa el 15 de mayo como posible día para la reapertura de las aulas, ¿en Madrid podría ser?
R: Está en el entorno de lo que está haciendo Francia, Alemania, Dinamarca… Esa fecha sinceramente sería muy buena. Los alumnos de 2º de Bachillerato y de 4º la ESO sería muy bueno que estuviera un mes en las aulas presenciales antes de los exámenes. Pero digo lo mismo, solo lo haremos si las autoridades sanitarias de la Comunidad consideran que es posible. También sería muy bueno por la actividad económica. Por sus padres, por la conciliación.
P: Isabel Celáa dice que la reapertura será asimétrica, ¿le preocupa que las comunidades autónomas gobernadas por nacionalistas hagan lo que les dé la gana con la complacencia del Ministerio?
R: La asimetría tiene razón de ser porque la epidemia no actúa igual en todas las regiones o municipios. Pero es importante que todas las autoridades, nacionales, autonómicas o municipales, si hacen disposiciones asimétricas, tengan sentido común. Que tengan en cuenta las recomendaciones sanitarias. Los nacionalistas siempre van por libre porque para ellos eso es un valor en sí mismo. Para mí no lo es. Intento actuar y darle a los madrileños lo mejor, pero ellos con eso tienen un plus. Ser diferentes o hacer algo distinto lo ven mejor. Tiene ese problema. Espero que como está en juego la salud sean sensatos y lo apliquen correctamente.
P: ¿Cree que Madrid será de las más restrictivas, irá con un paso más firme y no se la jugará?
R: Como pasó desde el primer momento. Cuando el Gobierno estaba llamando al 8M y no prohibía eventos deportivos y políticos, nosotros prohibimos las visitas a residencias, cerramos los centros de día y poco después, cuando aún sonaban los llamamientos de la vicepresidenta, ‘te va la vida si no vas a las manifestaciones’, anunciamos el cierre de aulas, inédito en democracia. Vamos a ser fieles a ese principio. Las medidas, aunque sean duras, si son buenas para la salud, habrá que tomarlas y por eso seremos muy prudentes en la vuelta a la normalidad. Aunque conste que lo estamos deseando a título personal y también por la economía. Cada semana que permanecemos confinados la grieta es mayor.
P: Como pasó al principio de la cuarentena hay padres trabajadores que se quedan al descubierto porque no tienen a quién dejar a sus hijos, ¿qué les diría?
R: Cuando la Comunidad anunció el cierre de los centros educativos en lo presencial, en la misma norma se recomendaba el teletrabajo y se dictaron normas de flexibilidad para los empleados públicos, que son los sobre los que la Administración tiene esa potestad. Lo lógico es que en este proceso de rebaja de las medidas de confinamiento, se produzca flexibilidad para que los padres puedan ir al trabajo y los hijos, en el caso de que no estén en las aulas, pues permanezcan en casa. Por eso, como decía, sería muy bueno el inicio de la normalidad económica y el de la normalidad presencial en las aulas.
P: Otra preocupación es que en los colegios no estén preparados logísticamente para mantener la distancia de seguridad, las mascarillas… ¿qué se puede hacer?
R: La Sanidad, la Educación y todos los aspectos de la vida no estaban pensados para que hubiera una distancia de dos metros entre las personas. Se puede hacer escalonado. 2º de Bachillerato y 4º de ESO conviene que lleguen cuanto antes. Imaginemonos un instituto, hay cuatro cursos de la ESO y dos de Bach. Si empezaran sólo esos dos cursos citados, tendríamos todas las aulas del instituto, que son para seis cursos, sólo para dos. Los sistemas tienen que ir en esa dirección: espaciar, empezar por distintas etapas educativas. Es el único remedio que existe.
P: ¿Tiene la Consejería datos sobre qué porcentaje del temario se está completando?
R: Desde el primer momento vimos esencial, ante una situación desconocida, saber lo que estaba pasando en los centros. La Inspección Educativa ha hecho una gran labor: tres informes que nos han ayudado a tomar decisiones. Ahí se deduce que no es igual el grado de avance en el currículum en unos centros y en otros. En Bachillerato estaban más acostumbrados a trabajar telemáticamente. Ahí se ha avanzado más. En Primaria, menos, pero es menos importante porque en ahí todos los años básicamente tienen las mismas asignaturas. Cada año los docentes van incrementando el contenido de esa asignatura. Ahí va a ser más sencillo recuperar lo que no se ha dado este año.
P: ¿Qué se hará con los que vaya más retrasados?
R: La instrucción que hemos dado es que se centren en las enseñanzas más fundamentales. Que se dé todo el currículum es imposible. Hay que centrarse en aquello que para un alumno sea muy importante en su vida educativa, para el curso siguiente o para la promoción. Hemos puesto en marcha un plan de refuerzo individual. Los docentes están viendo qué alumnos tienen más problemas, que han avanzado menos en el currículo, para aplicarles ese plan individual de refuerzo. Si al final del curso vemos que hay alumnos que siguen con esos problemas, haremos un plan de refuerzo para el curso 2020/2021.
P: ¿Cree que va a haber más repetidores que otros años?
R: Los problemas que hemos tenido hay que tenerlos en cuenta. Ningún alumno se debe ver perjudicado por el Covid-19. Los docentes van a tener la suficiente flexibilidad y eso no lo hemos recogido en nuestra instrucción el 21 de abril. En vez de decir como el Ministerio que se puede aprobar con su peso, que no importa, que hagas lo que te de la gana, que no sea académica la evaluación del tercer trimestre; nosotros decimos que se cumpla la Ley, pero los docentes saben que este año, ante unos problemas muy especiales, hay que ser razonables, hay que dar mayor valor a las dos primeras evaluaciones. La repetición debe ser excepcional, como siempre, pero este año más. Nosotros confiamos en los docentes, como siempre.
P: Las comunidades del PP no han firmado la propuesta de Isabel Celáa, ¿ha habido falta de voluntad de entendimiento?
R: Todos fuimos con voluntad de acuerdo. Había que mandar un mensaje a los docentes diciéndoles que es un año muy especial y las reglas debían ser más flexibles. Estamos todos de acuerdo. Dije con sinceridad que pensaba que llegaríamos a un acuerdo. Pero leí el documento y decía una tras otra barbaridad. Que se pudiera titular con suspensos, que cada comunidad quiera lo que le diera la gana, que en Bachillerato no se evaluará con asignaturas sino global. Eso no lo podíamos a apoyar. Esa esa afición que tiene el Ministerio a promover una educación mediocre, ni en los tiempos del Covid-19 se ha relajado. Es lo único que puedo pensar. Todos estábamos de acuerdo y ellos han retorcido hacia el aprobado general, la falta de esfuerzo…
P: El Gobierno dice que reformar la Ley Educativa ahora es complicado, ¿es lo que ustedes plantean?
R: No hay que modificar la LOMCE. Simplemente que las resoluciones de las consejerías y del Ministerio trasladen a los docentes un mensaje de flexibilidad. No puede ser de otra manera. El Ministerio está haciendo lo contrario. Mediante su orden está derogando las normas de desarrollo de la LOMCE, decretos, es una barbaridad jurídica de un calibre realmente descomunal. Ee triste porque supimos por la prensa que en el Congreso el Ministerio está aprovechando este confinamiento para avanzar al máximo la Ley Celáa. No está nada bien.
R: ¿Cree que Selectividad será en Ifema con todos los alumnos al mismo tiempo los días de julio marcados?
R: Es una decisión de la Consejería de Ciencia y Universidades y los rectores. Dicho eso, desde mi punto de vista, lo razonable sería que se celebre en donde siempre, en las universidades, pero como va a haber más necesidad de espacio, Ifema puede ser un recurso estupendo para conseguir que los alumnos estén mucho más espaciados en los exámenes. Creo que Ifema tiene que ser un apoyo a las universidades.
P: ¿Habrá las clases extraordinarias en julio con el calor que hace en Madrid si ya están aprobados?
R: Le planteé la ministra que sería bueno aprovechar julio para clases de refuerzo serias para aquellos alumnos con más problemas. Entre otras cosas porque en otoño podemos también tener problemas. Deseo que no, sería terrible, pero puede pasar. Le propuse a la ministra: «Vamos a poner dinero, comunidades y ministerio y vamos a organizar esto seriamente». Pero hemos pinchado en hueso. Ha habido una reunión de viceconsejeros y Ministerio y no quieren que sea en julio, quieren poner poco dinero y lo enfatizan más en actividades lúdicas que en estudio y refuerzo. Por otra parte, en julio hace mucho calor e iba a ser un tema complicado. Podían ser clases de 8 a 12 de la mañana, pero hay que reconocer que el verano es muy adverso en nuestra comunidad para la educación.
P: Y por último, ¿qué le parecen las declaraciones de Celáa sobre los «mensajes negativos o falsos» que no se deben permitir?, ¿fue un error?
R: Un gravísimo error. Precisamente la ministra de Educación debería querer tener una sociedad formada y con criterio. Se manifiesta con esto es lo mismo que, desgraciadamente, dijo un general de la Guardia Civil, que había que minimizar el rechazo a las medidas del Gobierno. Eso es lo que está diciendo la ministra de Educación. Denota que están aterrorizados por la gestión tan torpe y a veces temeraria que han realizado y por eso está buscando echarle las culpas a quien sea, con tal de evadir esa responsabilidad terrible que tienen encima.