Los yihadistas de Barcelona querían colocar una bomba en la Torre Eiffel
Dos días después del atentado los Mossos entregaron al juez Fernando Andreu, el titular del Juzgado Central de instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, una cámara de vídeo con la tarjeta de memoria que se había salvado de los estragos de la explosión del chalé de Alcanar, donde los terroristas habían preparados las bombas con triperóxido de acetona. Ese tipo de explosivo, conocido como la madre de Satán, es el preferido del Daesh por su poder devastador.
La tarjeta de memoria, con casi una hora de grabaciones, es una de las pruebas claves que el juez Fernando Andreu guarda en la caja fuerte de ala Audiencia Nacional. En ella se puede ver a cuatro de los integrantes de la célula yihadista del imán de Ripoll en un viaje a París, cinco días antes de la masacre de Las Ramblas, posando ante la Torre Eiffel.
Los investigadores creen que la cámara fue comprada en la misma capital francesa. Además, las primeras imágenes de la grabación corresponden a escenas del monumento parisino más visitado del mundo. Por ello, los agentes antiterroristas consideran que el tercer objetivo de la célula de Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll, era la estructura metálica del ingeniero Eiffel, para la que habían previsto la tercera furgoneta alquilada en Barcelona.
OKDIARIO publicó ayer que los terroristas así mismo tenían marcado en un plano de Barcelona como objetivos principales de sus planes terroristas el Camp Nou y la sagrada Familia, donde tenían previsto colocar en sus inmediaciones dos furgonetas-bombas. Los atentados se vieron frustrados porque un accidente durante la manipulación de los artefactos explosivos provocó un deflagración en el chalé de Alcanar. La vivienda de Tarragona, que durante meses les había servido de cuartel general y de laboratorio para fabricar las bombas, quedó destruida. El estallido provocó la muerte de Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll y supuesto cerebro de la célula yihadista, y del joven de 20 años, Youssef Aallaa.
Una célula yihadista internacional
Los investigadores tenían muy claro que el viaje de los yihadistas a Francia carecía de una finalidad turística. Además de para estudiar su objetivo, los terroristas se desplazaban a la capital francesa para recibir instrucciones de un nivel superior de la organización así como para obtener adiestramiento sobre la composición y elaboración de las bombas.
Los artefactos explosivos que llevaban semanas fabricando en el chalé de Alcanar, en Tarragona, requería una preparación especial ya que el peróxido de acetona es un componente químico tan sensible que requiere un tratamiento especial. Una manipulación no adecuada podía provocar una explosión, como luego sucedió.
La aparición de las imágenes de París en la tarjeta de memoria llevó al Ministerio del Interior a contactar con la Dirección General de la Seguridad de Francia para ponerle en antecedentes. A través de la Guardia Civil les hizo llegar la imagen de la Torre Eiffel con los terroristas. La instantánea fue publicada en diciembre por la revista Interviú.
La publicación del Grupo Zeta señalaba que, a raíz de las pistas que había dejado la célula del imán de Ripoll, las autoridades de seguridad de Madrid y París habían creado una unidad antiterrorista con agentes de la Guardia Civil y de la Policía gala, que siguen investigando las visitas a Francia del imán Es Satty y sus correligionarios.
Las amenazas de los terroristas
En la misma tarjeta de la cámara los policías también hallaron una grabación realizada en el chalé de Alcanar, antes de la explosión, en la que los terroristas lanzaban soflamas y amenazas hacia los españoles. En unas de las imágenes se puede ver a Mohamed Hychami, el marroquí de 24 años que fue abatido a tiros por los Mossos junto con otros cuatro yihadistas, magnificando a Alá y amenazando a los españoles. En un primer plano dice en árabe: «Españoles vais a morir», mientras sus compañeros lo secundan con el grito de los fundamentalistas cuando se inmolan: «Al·lahu-àkbar». En español: «Alá es el más grande».
Hychami, que fue uno de los yihadistas que viajó a París con su hermano Omar, era el especialista de la célula en la fabricación de las bombas caseras.
Los integrantes del grupo aparecen en las imágenes con chalecos con falsos explosivos como el que mostró Younes Abouyaaqoub cuando fue abatido por los Mossos tras la matanza de Las Ramblas. La Policía considera que los terroristas, al mostrar esos chacos falsos -con botellas de agua y papel de aluminio-, pretendían provocar a los agentes del orden para ser abatidos y así inmolarse tras los atentados.
Durante esa grabación en el chalé de Alcanar, realizada posiblemente un día antes de la explosión, los miembros de la célula enseñan ante la cámara los explosivos que ellos mismos habían fabricado y que pensaban utilizar en dos furgonetas-bombas.
Los miembros del comando carecían de conocimientos para la fabricación de explosivos. Un experto de los TEDAX de la Policía señaló a OKDIARIO que la elaboración de los artefactos en el chalé de Alcanar requería un adiestramiento especial y esa formación la recibieron en Francia. Era imposible que manipularan el peróxido de acetona sólo siguiendo un manual por Internet.