La TV de Ximo Puig prohibirá hablar de «la edad, la apariencia y la situación sentimental» de las mujeres
La televisión autonómica À Punt que va a poner en marcha la Generalitat valenciana presidida por el socialista Ximo Puig será un calco low cost de la independentista TV3. Estará dirigida por una periodista de TV3, Empar Marco, y dependerá de un ente público que se llama casi igual: Corporación Valenciana de Medios de Comunicación (CVMC). El propio nombre del canal, À Punt, fue el lema de la Diada independentista organizada por la ANC el 11-S de 2016.
Aunque todavía no ha iniciado sus emisiones, la Corpo valenciana ya tiene Libro de Estilo, cuya redacción ha sido coordinada por el cantautor Rafael Xambó. El volumen de 224 páginas, de obligado cumplimiento para todos los profesionales de la nueva televisión autonómica, es un compendio de extravagancias.
Pero las más llamativas son las referidas al feminismo militante que asumirá la nueva TV autonómica. El Libro de Estilo anuncia que las presentadoras de sus programas no serán elegidas por su aspecto físico, es decir, «no serán discriminadas en función de los cánones estéticos dominantes».
Cuando la TV autonómica entreviste a expertos para hablar de cualquier tema, al menos el 50% deberán ser mujeres. Pero cuando se entreviste o se hable de una mujer en sus programas, los periodistas deberán evitar referirse a su «edad, apariencia, estado civil, situación sentimental o maternidad». Del mismo modo, «no se harán juicios de valor sobre la dedicación y la conciliación entre la vida privada y la vida profesional de las mujeres, pero sí en los hombres, con el fin de equilibrar el peso familiar».
Es decir, la TV de Ximo Puig podrá hablar de la situación sentimental y familiar de los hombres, pero no de las mujeres, porque eso resultaría machista. El Libro de Estilo explica que «la maternidad y la pareja son opciones de vida, no el único destino que tienen las mujeres. La maternidad se ha mitificado como la única función útil de las mujeres, insistiendo en valores patriarcales tradicionales vinculados al sacrificio y a la renuncia».
El Libro de Estilo desarrolla en varias páginas las instrucciones para que sus redactores utilicen el llamado «lenguaje inclusivo». Porque, aclara, «la lengua es un reflejo de la opresión contra las mujeres». Y propone varios trucos para evitar el masculino plural al referirse a hombres y mujeres. Por ejemplo, en vez de hablar de los «clientes» de un negocio, se hablará de la «clientela». En vez de decir «trabajadores» se hablará de la «plantilla» de una empresa.
En vez de hablar de los «candidatos a la presidencia» hay que decir «las candidaturas a la presidencia». En vez de hablar del «alcalde» de un pueblo hay que decir «quien ostenta (sic) la alcaldía». En vez de referirse al «Colegio de Notarios de Alicante» hay que decir «el Colegio Notarial de Alicante». Y todo así.
Según el Libro de Estilo, la TV de la Generalitat valenciana evitará presentar el cuerpo de la mujer como objeto de deseo. Lo dice con estas palabras: «Se evitará la difusión de cualquier forma de violencia simbólica en los discursos y las imágenes, como presentar a las mujeres deshumanizadas, cosificadas, fragmentadas en sus zonas erógenas, como objetos de placer para el deseo masculino, o de cualquier forma que las denigre y veje».
«Imágenes pornojuveniles»
Del mismo modo, advierte que se vigilarán con especial celo los mensajes publicitarios dirigidos a los jóvenes, porque «la publicidad genera constantemente imágenes pornojuveniles que avanzan cada vez más en la incorporación de los adolescentes al mercado de la seducción y de las apariencias, contribuyendo así a la diseminación de enfermedades de la percepción corporal como la anorexia, la bulimia y la disformia».
Respecto al tratamiento que recibirán los jóvenes en los distintos programas e informativos, el Libro de Estilo establece que «no reproduciremos la imagen estereotipada de chicas sexualizadas y pasivas, y de chicos agresivos y represores de sus sentimientos».
Como norma general, la TV autonómica «promoverá nuevos modelos de feminidad y masculinidad, que no se enmarquen en el atractivo y la virilidad de fuerza bruta y dominio, donde la sexualidad sea una experiencia responsable, saludable y placentera. Se trata de promover modelos de identificación en los que las mujeres sean sujetos de deseo propio, y no objetos de deseo ajeno». Todo indica que la TV de Ximo Puig no emitirá películas porno.
En cambio, a la hora de elegir las películas que se van a programar, se dará preferencia a aquellas que hayan sido dirigidas por mujeres o en las que aparezcan «protagonistas femeninas que no sean objetos estereotipados». En sus programas e informativos, la TV autonómica advertirá que «la mayoría de las religiones sitúan a la mujer en una posición social de inferioridad y subordinación a los hombres, lo cual aumenta las desigualdades sociales».