Comisario Villarejo: «Los jefes permitieron que Martín Blas se llevara documentos y cintas de su despacho»

Comisario José Villarejo

Cerdán.- Estamos hablando de guerra entre comisarios…

Villarejo.- No creo que haya existido nunca una guerra entre comisarios. Eso es mentira.

C.- Entonces, ¿por qué se ha aireado ese tipo de enfrentamientos?

V.- Porque de alguna manera ha interesado al señor Sanz Roldán, bueno al ‘Generalísimo’ del CNI, que eso ocurra para dar la impresión de que la Policía estaba desestabilizada. A mí una guerra entre comisarios con Marcelino Martín Blas me hubiera durado 15 segundos. Si no hubiera tenido el apoyo, como ha tenido, del señor director, señor Cosidó, y por ende de todo el aparato del ‘Generalísimo’, no habría habido ninguna posibilidad de toda esta bronca mediática. Lamentablemente permitida por el señor Cosidó y tolerada por quien estaba por encima del señor Cosidó. Todos tienen un miedo abismal al ‘Generalísimo’.

«El general Sanz Roldán cree que el CNI está su servicios y de sus intereses»

C.- ¿Se puede decir que sí ha habido una guerra entre la Policía y los servicios secretos por el control de la información?

V.- Sin duda. Eso sí ha ocurrido. Lamentablemente yo soy el ejemplo al que hay que destruir para ejemplarizar. A partir de ahora, todo el que se atreva a enfrentarse a este señor que sepa lo que le viene encima. Quisiera diferenciar lo que son los servicios secretos y lo que es la Policía. Los servicios secretos son un ente absolutamente fundamental en cualquier país democrático, igual que la Policía. Otra cosa es el servicio y el uso que determinados sujetos hagan de ello, como en el caso de este general que cree que el CNI está a su servicio y de sus intereses, en lugar que al de España, como tendría que estar.

C.- Ustedes se han espiado, se ha destituido a comisarios, se ha grabado al mismísimo ministro del Interior, no me puede negar que esa guerra trasciende al CNI.

V.- Ha existido con un señor concreto que se llama Martín Blas, que era responsable de una unidad muy importante, la unidad de Asuntos Internos, que en lugar de ponerla al servicio de la Policía la pone al servicio del general Sanz Roldán.

C.- Por qué cuando el Martín Blas se va de su departamento…

V.- Lo cesan…

«Martín Blas se lleva documentos clasificados porque Cosidó lo toleraba todo»

C.-Bueno lo cesan… ¿Por qué consienten que se lleve documentos reservados?

V.- Por la irresponsabilidad de quien entonces eran sus jefes que no le dan importancia que se lleve una cantidad de material, documentos, cintas, etc. ¿Por qué? Porque el señor Cosidó lo toleraba todo.

C.- A usted lo tachan de ser un exponente de las cloacas del Estado. ¿Qué son las cloacas del Estado?

V.- Debo ser el exponente de unas cloacas muy extrañas porque todos mis trabajos han terminado siempre judicializados. Una extraña cloaca porque cualquier información la he denunciado, he hecho mis notas y han terminado todas en sede judicial. Las cloacas son los que quieren tapar asuntos. Yo ingresé en la Policía en el año 72, en el 83 pido la excedencia y regreso en el año 93 como agente encubierto, como agente infiltrado. A partir de ese momento viajo por todo el mundo: Somalia, Afganistán, Irán, Irak, Líbano, Sierra Leona, Marruecos, Argelia … Mi trabajo ha sido ese: ser un agente que daba la apariencia de empresario, a veces de abogado, otras de periodista. No he tenido nunca despacho, gente a mi servicio, no he tenido comisaría, coche oficial, nada, por lo tanto no era un policía al uso.

C.-¿Por qué cae usted en desgracia?

V.- ¿Por qué caigo en desgracia? Simplemente porque denuncio irregularidades graves que el señor Sanz Roldán, perdón ‘El Generalísimo’, estaba haciendo. Yo lo pongo en conocimiento de mis superiores y a partir de ese momento, él que se cree el Estado, y no sabe que es un funcionario, da la orden de que hay que destruirme como sea, físicamente, civilmente… Con las técnicas de información. Hay que desacreditar a una persona para que, diga lo que diga, parezca que está loco o es un señor que amenaza, como ha dicho últimamente, que yo amenazo a la Casa Real. Me da mucha vergüenza de alguien que tiene tanto poder pueda afirmar que yo amenazo a la casa Real y no me aporte ninguna prueba.

C.- Dice sin pruebas, ¿pero cuando acusa al CNI de que se ha extraviado un dinero en una operación internacional, las tiene usted?

V.- Yo no digo que el CNI o determinadas personas se hayan quedado el dinero. Digo que mis fuentes del servicio secreto sirio, mis fuentes del Líbano, de los kurdos, que intervienen en determinado secuestro, dicen que de los 6 millones del rescate sólo llegan a los secuestradores 3 millones. Hago una nota informativa interna, trabajo de inteligencia, la nota la ve mi superior, ve que hay indicios, la tramita… A esa nota se le debió dar valor porque llegó a la más alta instancia del Estado. Eso dio lugar a que, a partir de ese momento, se desatara la caza contra Villarejo, porque Villarejo se había atrevido a criticar la gestión del todopoderoso ‘Generalísimo’.

C.- ¿Tras su nota se abrió alguna investigación interna?

V.- No se hizo nada porque este señor tienen totalmente secuestradas las informaciones que él considera que son suyas. Es difícil que otro mando del CNI o de la Guardia Civil vaya a comprobar esos datos porque lo tienen prohibido. En 2015, con ocasión del último secuestro, yo fui a hacer gestiones a Líbano y estos señores emitieron una nota diciendo que quién era yo para entrevistarme con Hezbolá o con la familia Hariri cuando ellos ya estaban haciendo las gestiones. Yo me encontré a algunos de esos agentes tomando gintonics en el Club Náutico de Beirut. Después me dijeron que no viajaba más porque lo había prohibido el ‘Generalísimo’, que era competencia de ellos. Y dicen que con mis gestiones podía provocar que subieran el precio del rescate. Aquí cuando uno cae en desgracia porque molesta a alguien le pasan el rodillo.

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