LA 2ª GRABACIÓN DE VILLAREJO A CORINNA

Corinna: «En el CNI se creen ‘James Bond’ pero los papeles no los van a encontrar nunca»

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Manuel Cerdán

Durante la segunda conversación entre Corinna Sayn Wittgenstein  y José Villarejo, el comisario se interesa por los documentos sobre los negocios de Juan Carlos I que su ex podía tener guardados en lugar desconocido para los servicios secretos. Esa era una de las obsesiones del director del CNI Félix Sanz Roldán: recuperar y poner a buen recaudo los papeles que pudiera conservar la princesa alemana.

Se nota que a Villarejo le interesa ese asunto y lo deja caer mientras conversa en el salón del domicilio familiar de Corinna en Londres: «Porque afortunadamente toda esa documentación conseguiste apartarla y esconderla, que ellos están locos buscándola. Y siguen buscándola».

Corinna le contesta: «Esos papeles no los van a encontrar nunca».

El comisario le dice que el CNI ha planteado dos o tres acciones, pero la princesa alemana se muestra contundente en su respuesta: «Ellos se creen ‘James Bond’, pero no los van a encontrar nunca».

Por el giro que toma el diálogo, a Villarejo se le nota que quiere sonsacarle dónde guarda los documentos y utiliza su manual de viejo policía: «Están buscando un sitio que es un almacén franco que hay en Ginebra, te digo, ¿eh?, donde se guardan las obras de arte y tal, ya sabes que hay mucha gente detrás de ellos».

Corinna se ríe y le contesta: «Eso no es mío, no soy yo».

Pero Villarejo no se agota: «Tú se lo has dado a tu gente y ellos…».

La princesa alemana le interrumpe: «Eso no está a mi nombre, son los abogados quienes se han ocupado».

Corinna Sayn-Wittgenstein, después de su encuentro con Villarejo en Londres en octubre de 2016, dos años después reconoció por primera vez en una declaración jurada ante un notario londinense que conservaba documentos sensibles. Según ella, afectaban a negocios y cuentas corrientes en el extranjero de Don Juan Carlos I.

La operación para recuperar los documentos

La ex compañera sentimental del monarca durante cinco años aseguraba en el documento notarial: «Es relevante mencionar sólo que durante el transcurso de esa relación recibí información y documentos relativos a negociaciones financieras y empresariales del Rey Emérito y otros miembros de la Casa Real».

La confesión de la princesa alemana fue rubricada ante la notaria londinense Alisa Grafton, el 16 de abril de 2019, para su incorporación en un proceso por calumnias que se sigue en un Juzgado de Madrid contra José Villarejo tras una querella presentada por el director del CNI, Félix Sanz Roldán.

El ex comisario manifestó en un programa de televisión que el jefe de los servicios secretos había amenazado a Corinna y a su familia en un encuentro que mantuvieron en Londres en mayo de 2012.

CNI
El director del CNI, Félix Sanz Roldán. (Foto: EFE)

En la misma acta notarial, Corinna denunciaba una operación secreta, desplegada en 2012 por el CNI en Mónaco a través de una agencia de seguridad y financiada con fondos reservados de los servicios secretos, para recuperar los archivos que ella conservaba en su despacho y domicilio del Principado, según ya adelantó OKDIARIO.

Corinna llegó a recibir un email del general Sanz Roldán en el que se interesaba por «los documentos que la operación pretendía en realidad obtener». El director del CNI le decía: «Una última recomendación: sería aconsejable que, hasta el momento en el que envíe las cajas negras con los documentos al lugar de su elección (sic) tenga a un guardia de seguridad en sus instalaciones».

Según la ex novia de Su Majestad (SM), el general le comentó que «hasta que no diera los documentos, no estaría segura». Tal cual lo reconoció Corinna en su escrito notarial, que consideró aquellas palabras como una amenaza encubierta.

Corinna también desvelaba en el acta notarial que, en una llamada telefónica de Sanz Roldán, éste le sugirió que «si quería ir contra él, habría consecuencias». La princesa alemana se quejó al Rey y en seguida recibió un correo del director del CNI desde la dirección de correo electrónico de un tal Paul Bon -nombre tras el que se cubría Félix Sanz Roldán-, en el que calificaba lo sucedido como un «malentendido».

La princesa alemana reconocía en su acta notarial que temía por su situación personal: «La sensación de ser una ciudadana amenazada por un jefe de Estado y el jefe de sus servicios secretos empezó a hacerme tener mucho miedo».

Según Corinna, el fin último de la misión secreta era proteger la información que ella conservaba sobre los negocios de Don Juan Carlos: «El verdadero propósito de la operación era utilizar la empresa de seguridad de Mónaco como tapadera para que el equipo de la inteligencia española pudiera acceder a mi hogar y oficina y llevarse los documentos y otras pruebas».

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