El comisario Barrado desnudó, amenazó y agredió a un abogado que lo acusó de cobrar mordidas
El comisario Jaime Barrado, a quien le gusta presentarse en público como el funcionario más laureado de la Policía española, desnudó, amenazó y agredió físicamente a un testigo mientras lo interrogaba en su despacho de la Comisaría de Chamartín. El policía, ya jubilado, participa en la actualidad en programas de televisión en los que da clases de moral y deontología policial.
El incidente fue grabado por el propio Barrado y ahora recuperado por OKDIARIO tras aparecer hace unas semanas en un pendrive entre las pruebas de unas diligencias judiciales en el Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid. La torpeza del comisario ha propiciado que el archivo sonoro forme ya parte de la denuncia por amenazas y coacciones que la persona denigrada presentó contra Barrado.
El denunciante, el abogado O. J, mientras soportaba la vejación de ser desnudado totalmente por la Policía en busca de artefactos de grabación, desconocía que el comisario registraba toda la entrevista. El letrado se había personado en las instalaciones policiales, acompañado de un compañero también abogado, para aclararle a Barrado las acusaciones sobre el cobro de mordidas que sobre él había vertido ante dos fiscales de Anticorrupción.
El denunciante lo relacionaba con una red corrupta de la que, supuestamente, el policía había cobrado dinero, algo que el comisario rechaza con vehemencia. Las acusaciones nunca fueron investigadas.
“Siéntate gilipollas, no tienes ni idea de con quién hablas”
Barrado, que desnudó personalmente al letrado, perdió el control de sus actos desde el primer momento. A lo largo de la cinta se manifiesta como una persona violenta y fuera de control, lo que puede constatarse en la reproducción que OKDIARIO ofrece en exclusiva a sus lectores con el permiso del abogado O. J.
Barrado insulta al abogado retenido, aunque le insiste que no está en su despacho en calidad de detenido, con calificativos despectivos: “Yo soy policía, tú eres una mierda”. También, de sus actos, se desprende un abuso de autoridad con frases como: “No tienes ni idea de con quién estás hablando”. También le presiona, diciéndoles: “Yo no soy un policía al uso”
En el minuto 04:50 de la cinta suena un golpe fuerte. Según el abogado O. J coincide con el momento en el que fue agredido y empujado por el comisario. A partir de ahí, Barrado jugaba con ventaja porque se enfrentaba, cara a cara, con un interrogado totalmente desasistido, mientras él permanecía acompañado por cuatro compañeros del Cuerpo, según comenta a OKDIARIO el abogado maltratado. Con ese respaldo la coacción se intensificaba. Algo que se puede deducir de las palabras del comisario:
-Barrado: Tú eres una mierda, y a mi me aclaras eso…. en mi currículum profesional, esto no lo permito, nadie me ha pagado a mí un puto duro, nadie. Eh¡, cállate…. siéntate gilipollas, tú no tienes ni puta idea de con quién estás hablando.
La única verdad para el policía sólo se pasaba por arrancarle al letrado atosigado una confesión contra el comisario José Villarejo, con quien mantenía un duro enfrentamiento. Barrado acusaba a Villarejo de urdir un complot contra él para incriminarlo en un caso de corrupción.
Un comisario violento y zafio
El acoso al abogado se producía el 11 de mayo de 2015 y fue registrado, subrepticiamente, por el propio comisario sin que el letrado interrogado tuviera conocimiento de la grabación. En la cinta se puede escuchar cómo Barrado expulsa de su despacho de mala manera al abogado de O. J y somete a éste a un duro interrogatorio, sin que existiera ninguna causa abierta contra él.
Barrado se muestra a lo largo de la grabación como una persona violenta y zafia que pretende, a toda costa, la retractación de O. J. de las acusaciones sobre corrupción que había mantenido contra él ante dos fiscales.
En la cinta se puede escuchar cómo Barrado dirigía la conversación para que el abogado acusara a Villarejo de actuar contra él. Y, finalmente, lograba su propósito, pero a un coste elevado e imprevisible para él. O. J. presentaba, tras las vejaciones y humillaciones, una querella contra el policía por coacciones y amenazas, que siguen abiertas en el Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid.
Barrado para hacerle un favor a su amigo Marcelino Martín Blas, que mantenía una tremenda disputa con Villarejo, facilitó meses después un pendrive con la grabación a la comisión judicial del Juzgado de Instrucción número 2, que investigaba el caso Nicolay y que estaba controlada por el ex jefe de Asuntos Internos. Pero el favor se lo hizo indirectamente a su propio denunciante porque la cinta al final fue a parar al Juzgado de Instrucción número 52, que investiga la denuncia del letrado.