La ANC no descarta que haya «enfrentamientos violentos» entre mossos y guardias civiles el 1-O
Buscan la foto de un incidente violento, que dé la vuelta al mundo, para poder vender ante la comunidad internacional el mensaje de que el Gobierno español viola las libertades y oprime los derechos de los catalanes.
Destacados miembros de la dirección de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) admiten en privado que durante la jornada del 1-O pueden producirse «enfrentamientos violentos» entre guardias civiles y miembros armados de los Mossos d’Esquadra.
Algo que permitiría captar la atención de los medios de comunicación nacionales argumentando que la prohibición del referéndum ilegal de independencia, suspendido por el Tribunal Constitucional, aboca a la sociedad catalana a un conflicto civil.
Lo cierto es que los responsables políticos de los Mossos d’Esquadra han sometido a sus agentes a una auténtica esquizofrenia, al desoír las instrucciones impartidas por la Fiscalía y los jueces. Esto resultó especialmente evidente cuando los miembros de la Guardia Civil que estaban realizando un registro permanecieron retenidos durante más de diez horas en la sede de la Conselleria de Economía, asediada por manifestantes independentistas, sin que los Mossos acudieran en su auxilio.
Bajo las órdenes de un guardia civil
La pasividad demostrada por los Mossos a la hora de aplicar las órdenes de la Justicia para impedir el referéndum ilegal ha obligado a establecer un mando conjunto de las fuerzas de seguridad del Estado en Cataluña, bajo la dirección del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.
Las alarmas se dispararon el pasado fin de semana, cuando el conseller de Interior Joaquim Forn anunció en rueda de prensa que los Mossos no aceptarían instrucciones del Ministerio de Interior. Algo que situaría a los responsables políticos de este cuerpo como autores de un delito de desobediencia.
Y en la reunión celebrada este miércoles en la sede de la Fiscalía en Cataluña, el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ha advertido que cumplir al pie de la letra la orden de impedir el referéndum puede provocar «desórdenes públicos».
En la misma línea, el independentista designado por Puigdemont como director de los Mossos, Pere Soler, ha advertido que la función de este cuerpo es «garantizar los derechos de los ciudadanos, no impedirlos». Daba a entender así que la Policía autonómica no va a mover un dedo para impedir el referéndum, incumpliendo las órdenes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
Implicaría responsabilidades penales
Esta es la idea que acarician los responsables de la Asamblea Nacional Catalana (ANC): que los Mossos dirigidos por la Generalitat finalmente se nieguen a acatar las órdenes de los jueces y amparen la celebración del referéndum.
Aunque ello pueda suponer, en último extremo, que se registren incidentes violentos entre los guardias civiles que retiren urnas y los mossos que intenten protegerlas. Algo que, inevitablemente, implicaría responsabilidades penales para los responsables políticos de la Policía autonómica.