Las agendas de Villarejo delatan encuentros secretos con ‘Público’ y el hombre de confianza de Roures

Villarejo Público Roures

Las agendas personales y reservadas de José Villarejo desvelan que se entrevistó, entre bambalinas, con varios emisarios de Jaume Roures, entre ellos, su hombre de confianza Marià de Dèlas y el director de Público, para sellar un pacto de no agresión. Los miembros del staff del magnate de la comunicación, al mismo tiempo, pretendían obtener datos confidenciales y de primera mano sobre la operación Cataluña contra los Pujol.

El productor catalán y editor del diario podemita, que adjudicó al comisario la categoría de jefe de las “cloacas del Estado”, en cambio, autorizaba a sus más estrechos colaboradores a reunirse con Villarejo para resolver sus problemas judiciales y sondear las investigaciones sobre el independentismo.

En una de las páginas de la agenda, la correspondiente al 12 de septiembre de 2016, figura la anotación: “MANUGONZA: Tacho Benet (socio de Roures). Amigo de JOY. Plaza Santana 7. 14,30”.

Villarejo Roures

El acrónimo “MANUGONZA” pertenece a Manuel González, un histórico dirigente comunista de Izquierda Unida -amigo de Villarejo- que desempeñaba el papel de intermediario en las negociaciones. El mismo interlocutor también sirvió de mediador entre Villarejo y Monedero/Podemos, como ya adelantó OKDIARIO.

A Tatxo (no “Tacho”) Benet -socio de Roures y cofundador de la productora audiovisual Mediapro- lo presenta Villarejo como “amigo de JOY”. Se Trata de Adrián de la Joya (JOY), uno de los empresarios más próximos a Villarejo con quien compartía infinidad de negocios, algunos de ellos inconfesables. De la Joya, con residencia fiscal en Suiza, ha sido investigado por los casos Lezo y por la extradición de Pérez Maura a Guatemala, entre otros. Su nombre figura en multitud de documentos y grabaciones de Villarejo.     

La comida con los emisarios de Roures ya aparecía en otra anotación anterior en la agenda, del 7 de septiembre: “MANUGONZA: Contacto casual. Insiste en organizar contacto con Público. Comida lunes próx”. Ese lunes próximo coincidía con el 12 de septiembre, fecha en la que se consumó el almuerzo.

Sin embargo, a la reunión del club privado de la Plaza Santa de Madrid no acudió Tatxo Benet, sino que se desplazaba desde Barcelona otro de los hombres de confianza de Roures, el director general editorial de Público, Marià de Delàs. Al almuerzo lo acompañaban Manuel González y Carlos Enrique Bayo, que había sido sustituido hacía unos días en la dirección de Público por Ana Pardo de Vera y que se apuntaba al almuerzo a última hora. Principalmente, porque quería grabar la conversación de manera subrepticia.

Tras el almuerzo, Villarejo anotaba en su agenda: “BAYO: comida muy agradable. Al principio muy tenso y enfrente. Al final todo discurrió muy bien”.

Villarejo deja de ser cloaca

Un día después, el 13 de septiembre, el comisario volvía a anotar en la agenda sus negociaciones con la gente de Roures y escribía: “MARIÀ: Toque para canalizar la anulación de los temas civiles. Nunca de la GORDA”, en referencia a una periodista del diario podemita.

Villarejo confirmaba en su libreta que sus transacciones con el emisario de Roures discurrían por buen camino. Durante el tiempo que duraron los contactos, los “cloacólogos” de Público se olvidaron en sus páginas de las trapisondas de la persona a la que llamaban “comisario de las cloacas”.

En otra anotación del mismo día, Villarejo insistía: “MANUGONZA -Manuel González- Muy receptivo a hablar de Marià (Mariano). Dice que es el hombre de confianza de Roures. Va a anticiparle que le quito el pleito civil”. Quedaba claro que lo tratado en la comida tomaba cuerpo: Villarejo, que había presentado varias acciones penales y civiles contra Público, estaba dispuesto a retirar las causas civiles.

El 20 de septiembre, las negociaciones se complicaban. Villarejo escribía en su agenda algunas confidencias de su amigo y socio Adrián de la Joya: “Comió con MANGON y muy mal. Le pidió dinero por ayudarle con LB?. Y con PÚBLICO. Mal tema”.

OKDIARIO no ha podido descifrar si las iniciales “LB”, con una interrogación, pero es poco probable que tuviera algo que ver con ex tesorero del PP, Luis Bárcenas.

El mismo día 20, Villarejo anotaba sobre el dirigente izquierdista Manuel González (MANGON o MANU GONZA): “Chungo tema con JOY (De la Joya). Le pidió dinero. No llamarlo por ahora”.

La recomendación de no hablar con su amigo de Izquierda Unida le duró al comisario poco tiempo. Manuel González daba señales de vida el 4 de octubre, como queda acreditado en la agenda. Villarejo escribía: “Llama para organizar otra comida para el día 18. También quiere una declaración mía en TV”.

El 19 de octubre, Villarejo recogía en sus libretas sus comentarios sobre el segundo almuerzo con el emisario de Roures, el periodista catalán Marià de Delàs: “Comida con Marià, Bayo y MANGON. Buena predisposición al futuro. Insisten en declarar para la TV catalana. Van a muerte contra el MINISTRO”.

En esas fechas, el diario podemita de Roures había desencadenado una dura campaña contra el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. No sólo emitió, en el verano de 2016, la grabación de su entrevista con el jefe Antifraude catalán en el despacho del Ministerio, sino que además lo relacionaron con una fantasmagórica “policía patriótica” y una supuesta operación Cataluña contra el independentismo. Fernández Díaz fue sustituido en su cargo por el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el 4 de noviembre.

Encuentros grabados

Público también desveló las grabaciones de los dos encuentros de Villarejo con los emisarios de Roures, pero tergiversando la realidad. Bayo convirtió las citas encargadas por su jefe en encuentros periodísticos con Villarejo. Siempre silenció que estuvieran presente Delàs y Manuel González.

El comisario se quejó ante Manuel González de la jugada del diario de Roures y lo recogía en su diario, el 22 de marzo de 2017: “Bronca porque vuelve Público hoy a sacar parte de la conversación que tuvimos durante la comida”.

Villarejo Público Roures

En una entrevista concedida a OKDIARIO, tres meses después con dos cámaras de vídeo de testigo, Villarejo afirmaba: “Me dieron plena garantía de que iba a ser una comida en un reservado y no se iba a grabar. En el último momento, me dicen si no me importa que esté Bayo. Entonces aparece Bayo acompañando al hombre de confianza. E incumple el trato y compromiso. Tuve la intuición porque Bayo empezó a mover el teléfono para dirigirlo hacia mí, sobre todo cuando le dije que había participado en la detención de sus padres” (el periodista Eliseo Bayo y la abogado Lidia Falcón).

Villarejo, que también registró los encuentros -las cintas deben estar en poder de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía- manifestó que, como intuía que lo estaban grabando, aprovechó la oportunidad para mandar mensajes al director del CNI, Félix Sanz Roldán. El comisario le espetó a Bayo: El director del CNI dice a la gente en privado que trabajáis para él. Además, alardea de que es imposible encontrar en la hemeroteca de Público una noticia negativa sobre el CNI. ¿Hacemos una apuesta? ¿Por qué no publicáis algo negativo sobre el CNI?”.

Las negociaciones entre Villarejo y Roures, tras varios encuentros, terminaron de manera abrupta. El comisario dejó de ser “cloaca” para el dueño de Mediapro mientras duraron los contactos. Pero, rápidamente, regresó a las alcantarillas cuando el multimillonario podemita se percató de que nunca se prestaría, como otros comisarios (Martín Blas y Barrado), a participar en su campaña contra la Policía.       

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