CRISIS POLÍTICA

El presidente de Ecuador convoca elecciones para frenar el acoso y derribo de los correístas

Guillermo Lasso disuelve la Asamblea Nacional ante el acoso de la extrema izquierda que había reunido los apoyos para echarlo

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Lasso Ecuador
Guillermo Lasso.

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ordenó este miércoles la disolución de la Asamblea Nacional para convocar elecciones anticipadas ante la crisis política que vive el país por el constante acoso político de la oposición liderada por el comunista bolivariano, Rafael Correa, quien con el resto de la izquierda, lo había empujado a un proceso de destitución que empezó este martes.

«He decidido aplicar el artículo 148 de la Constitución de la República que me otorga la facultad de disolver la Asamblea Nacional por grave crisis política y conmoción interna. Para lo cual, he firmado el decreto ejecutivo número 741. Además, he solicitado al Consejo Nacional Electoral, la convocatoria inmediata a elecciones legislativas y presidenciales para el resto de los respectivos periodos. Esta es una decisión democrática, no sólo porque es constitucional, sino porque le devuelve al pueblo ecuatoriano a ustedes, el poder de decidir su futuro», anunció Guillermo Lasso en un mensaje dirigido a la nación.

Efectivamente, como señaló el presidente ecuatoriano, la medida tomada por él se ajusta a lo que dicta la Constitución. Nada más conocerse la noticia, distintos voceros de la izquierda política y mediática, trataron de asemejar la situación vivida en Ecuador con la que se produjo en Perú a principios de diciembre del pasado año.

Sin embargo, conviene recordar que el autogolpe dado por el ex presidente peruano, Pedro Castillo, no solo contempló la disolución parlamentaria, sino que marcó en su hoja de ruta la promulgación de una nueva Constitución y la toma del poder judicial, poderes que indudablemente no le arrojaban la Constitución peruana, y por tanto, acabó en prisión.

En el caso del presidente ecuatoriano se cruza, por un lado, el deseo de la izquierda o correístas de desalojarlo del poder y, por otra parte, el dirigente del país sabe que ha adoptado una decisión arriesgada que implica someterse próximamente a la decisión de las urnas y la jugada podría no salirle bien. El mecanismo adoptado por Lasso se conoce como decreto de muerte cruzada, es decir, la facultad del jefe de Estado de disolver el Parlamento si considera que está entorpeciendo su capacidad para gobernar. Las elecciones parlamentarias y presidenciales tendrán lugar dentro de seis meses. Durante este tiempo, el dirigente del país podrá gobernar a través de decretos leyes de urgencia.

El dirigente comunista y expresidente, Rafael Correa, mantuvo a primera hora qué el anuncio de Lasso era «ilegal» para luego decir que las elecciones supondrán «la gran oportunidad para librarnos de él». Por su parte, las fuerzas armadas del país confirmaron su respaldo a la decisión del jefe de Estado de Ecuador.

Acusaciones contra Lasso

La medida de Lasso, no obstante, no ha sido tan sorprendente como esperada. Desde el pasado mes de abril, se rumoreaba con esta posibilidad si el proceso de destitución del dirigente seguía adelante.

De hecho, la izquierda ya había reunido el número suficiente de votos para llevarla a cabo. En teoría ya contaba con los 92 apoyos necesarios. Es una situación muy similar a la que se vivió en España en mayo de 2018 cuando Pedro Sánchez presentó la moción de censura contra Mariano Rajoy. En aquellos días hubo quienes aconsejaron a Rajoy dimitir porque a diferencia de Ecuador según la Constitución Española no se puede convocar elecciones tras el registro de una moción de censura. Si Rajoy hubiera dimitido, la moción hubiera acabado directamente en la papelera.

La espita que encendió la mecha de la moción de censura española fue la sentencia del caso Gürtel, si bien la Justicia reprendió posteriormente al magistrado que había dejado caer la cuestión de la financiación ilegal del Partido Popular en la sentencia. En Ecuador, son las acusaciones de malversación de fondos públicos vertidas sobre Lasso, las que han motivado la crisis política. Con dichas acusaciones se denunció la supuesta firma fraudulenta de varios contratos de transporte de petróleo. Sin embargo, frente a los cargos del partido de extrema izquierda, liderado por el expresidente Rafael Correa, Unión por la Esperanza (UNES), el actual dirigente del país siempre ha afirmado que la izquierda «ha creado una situación ficticia».

Resulta paradójico que haya sido Rafael Correa quien haya encabezado, orquestado y dirigido las acusaciones de corrupción contra Lasso cuando precisamente él se encuentra huido de la justicia ecuatoriana en Bélgica, por importantes cargos de corrupción.

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