La porosa frontera entre Venezuela y Colombia arde de nuevo
Las últimas escaramuzas se han vivido este último fin de semana: dos aviones militares venezolanos se dieron una ‘vuelta’ por la Alta Guajira, la zona más al norte de Colombia. Bogotá denunció esta violación de su espacio aéreo, añadiendo más árnica a una deteriorada relación que está alcanzando un nuevo punto álgido: el pasado 19 de agosto el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenase el cierre de pasos fronterizos con Colombia.
Ambos países están viviendo una nuevo capítulo dentro de una larga lista de desencuentros que se remiten poco menos que al nacimiento de ambos países. Llamados Santa Marta –Colombia- y Santa Lucía –Venezuela- por los conquistadores españoles, ambos fueron liberados por Simón Bolivar y formaron parte de un proyecto para formar parte de una ‘Gran Colombia’, que terminó por disolverse en el Siglo XIX. Ya entonces costó dibujar una frontera moderna entre las dos naciones, incluso con mediación española, a la que recurrieron. Costó años definir un acuerdo para esta separación que, por otra parte, se ha mantenido en su sitio durante todo este tiempo.
A día de hoy, la frontera abarca 2.210 kilómetros y es bastante porosa entre ambos países. Así, durante muchos años ambos Estados han culpado a sus vecinos de todo tipo de problemas mientras bajo cuerda se mueven negocios de todo tipo, por no mencionar las escaramuzas de las FARC.
La anterior crisis importante sucedió en 2009, cuando ambos países protagonizaron otra escalada dialéctica: el presidente Uribe acusó a Chávez de dar cobijo a facciones de las FARC. La tensión entonces se suavizó cuando Santos llegó a la presidencia colombiana, fotografiándose en una cita de Unasur junto a Chávez.
Marcando a los colombianos
Pero, con nuevo protagonista por parte venezolana, este verano ha vuelto a marcar un punto importante en las disputas entre ambos países, que comenzaron con acusaciones a Colombia de permitir la presencia de grupos paramilitares actuando en suelo venezolano. Maduro declaró el estado de excepción en el estado limítrofe de Táchira y cortó las comunicaciones entre ambos países, al tiempo que ha señalado a los colombianos que viven en su país.
Maduro está inmerso en lo que ha dado en llamar la OLP, la ‘Operación Liberación del Pueblo’. Una de las medidas ‘estrella’ fue marcar con una letra D numerosas casas, supuestamente vacías, para ser derribadas: muchas de esas casas eran propiedad de colombianos que han regresado a su país huyendo de esta actuación. Desde Colombia se acusa a Maduro de haber creado esta situación señalando, de nuevo, a los extranjeros para ocultar sus problemas.