«Optimismo» con «reservas» sobre el estado de salud de Simon Peres, último padre fundador de Israel
Es el último padre fundador de Israel con vida. Simon Peres, de 93 años, ha experimentado una «mejoría real» en su estado de salud, según su médico personal, en el día en que ha sido despertado del coma inducido al que se le sometió el pasado martes tras sufrir un derrame cerebral. Peres es una figura admirada entre los países aliados de Israel y, como mínimo, respetada entre sus enemigos tras haber ocupado todos los puestos políticos de responsabilidad desde la fundación del país en 1948, por cuyo desarrollo se empeñó y por cuya convivencia pacífica con sus vecinos se comprometió.
Se cumplían el pasado martes 13 de septiembre exactamente 23 años de la histórica fotografía en la que se dieron la mano los eternos enemigos palestinos e israelíes. El primer ministro Isaac Rabin, junto a su ministro de Exteriores Simon Peres sellaron aquel día, en presencia del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, los acuerdos de Oslo que abrían una rendija a la paz, cuya puerta se cerró de golpe inmediatamente cuando año y medio después un extremista jidío asesinó a Rabin en Tel Aviv.
Se cumplían exactamente 23 años y ese mismo día Simon Peres, ex ministro de numerosas carteras, ex jefe de Gobierno en varias ocasiones, y el ex presidente de Israel más respetado fue hospitalizado en el centro Tel-Hashomer de Ramat Gan, cerca de Tel Aviv, tras sufrir un importante accidente vascular cerebral. Un grave ictus que, dada su edad y su vida muy vivida, hace temer por su supervivencia.
Peres, como ministro de Exteriores; Isaac Rabin, primer ministro israelí, y Yasir Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), habían imaginado aquella solución de paz con la ‘fórmula de dos Estados’ y el llamado ‘plan de paz por territorios’.
Con él desaparecería, así, el último representante del grupo de personas que recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1994 «por sus esfuerzos en favor de la paz en Oriente Próximo». Ese mismo año, Rabin y Arafat –hoy ya fallecidos– recibieron también el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por el mismo motivo.
Después de la segunda noche de Peres en el hospital Tel-Hashomer de Ramat Gan, el segundo mayor centro hospitalario del país, su médico personal, que además es su yerno, Rafi Walden, dijo a un corresponsal de la agencia AFP que había «una mejora real» en el estado de Peres. «Se está produciendo una mejoría gradual, hay de nuevo una mejoría real hoy», dijo. «Seguimos describiendo su estado como grave pero estable, y así seguirá siendo los próximos días», puntualizó.
Los médicos consideran cruciales los dos o tres días siguientes al accidente vascular. Tras ser despertado del coma inducido, Peres sigue en cuidados intensivos, asistido de un respirador y con sedativos, precisó Walden, pero ya «estrecha la mano y mueve las piernas, ello es prueba de que escucha y reacciona a nuestros estímulos», relató el médico.
«Por el momento, somos optimistas. De manera reservada, pero optimistas», añadió. Pero por ahora los médicos se han abstenido de aludir a posibles secuelas del accidente cerebral.
Visita del viejo adversario Netanyahu
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, acudió el miércoles al hospital donde está ingresado su viejo adversario laborista. «Nos sentimos un poco aliviados, está un poco mejor que ayer», dijo Netanyahu. «Esperamos, rezamos», agregó.
Peres, pese a haber participado en las grandes batallas de la corta historia de Israel, y en sus agudas controversias políticas, se ha forjado la imagen de un político consensual, considerado como un ‘sabio’ de la nación.
Fue ministro en numerosos gobiernos, asumió en varias ocasiones el cargo de primer ministro y, después, con un inmenso orgullo asumió el de presidente del Estado de Israel, que ejerció desde 2007 hasta 2014 con infinita dignidad. Prueba de ello es que supo ser instrumento de paz desde ese cargo simbólico, concitando siempre el respeto de los enemigos de su país. Prácticamente, ocupó todos los cargos de alto nivel en el país, desde la Defensa, pasando por las Finanzas y también la política exterior.
A sus 93 años ha seguido siendo una figura muy activa a través de su Centro Peres para la Paz, que promueve la convivencia entre judíos y árabes.