Pompeo se reúne en Abu Dhabi con el príncipe heredero de Emiratos

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Mike Pompeo en una reciente imagen (Foto: AFP).

Mike Pompeo ha anunciado nuevas sanciones a Irán en el transcurso de su visita oficial a Emiratos Árabes Unidos. Después de pasar por Jeddah (Arabia Saudí), el secretario de Estado de Estados Unidos ha mantenido una conversación con el príncipe heredero Mohammed bin Zayed al-Nayhan, que es también Comandante Supremo Adjunto de las Fuerzas Armadas del país. Ambos dirigentes han explorado opciones de respuesta a los ataques sobre la petrolera Saudi Aramco de la semana pasada, con la guerra civil en Yemen de fondo. Han asistido a las conversaciones de Abu Dhabi, entre otros, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional emiratí Abdullah bin Zayed al-Nayhan y el asesor de seguridad nacional Tahnoun bin Zayed al-Nayhan.

Pompeo ha reiterado que la Casa Blanca descarta la implicación de los hutíes en los bombardeos y señala directamente a grupos afincados en territorio iraní como los autores materiales. Así lo ha determinado el portavoz en jefe del Pentágono Jonathan Rath Hoffman, que ha descrito los ataques como una “actividad desestabilizadora y maligna”.

“Habrá más sanciones impuestas a Irán para evitar su apoyo continuo a grupos terroristas como Hizbulá”, ha confirmado Pompeo. Su se suma así al que en su cuenta de Twitter el presidente Trump a mediados de esta semana, cuando ordenó al secretario del Tesoro Steven Mnuchin el desbloqueo de nuevas sanciones sobre el régimen de los ayatolás.

El tono del discurso de Pompeo ha sido algo más suave que el que empleó ante las autoridades saudíes -entonces, calificó los bombardeos como un “acto de guerra”. En un intento de rebajar la tensión, ha querido enfatizar que su Administración se inclina por una solución pacífica que asegure la estabilidad de toda la región geopolítica. “Espero que Irán lo vea del mismo modo”, ha comentado tras el encuentro. En esta línea de actuación se enmarca la iniciativa naval conjunta liderada por Estados Unidos, a la que se han unido esta semana Arabia Saudí y EAU y que ya contaba con la participación de Bahréin, Reino Unido y Australia. Las naves de estos países patrullarán puntos calientes del índico, como el golfo pérsico y el golfo de Adén.

Más allá de la formalización de este compromiso, el Ejecutivo de Emiratos ha querido respaldar sin reservas a sus vecinos. “EAU rechaza categóricamente cualquier intento de menoscabar la seguridad y la estabilidad del Reino [de Arabia Saudí] y concibe cualquier amenaza al Reino como una amenaza a la paz y la seguridad internacionales”, ha expresado rotundamente Mohammed bin Zayed al-Nayhan. Ambos países han sido los más activos en la Coalición contra los rebeldes hutíes de Yemen. El príncipe heredero ha discutido, además, detalles concretos de la alianza estratégica con Estados Unidos con el secretario en Funciones del Ejército Ryan McCarthy.

El viaje de Pompeo por la península arábiga se ha producido días antes de los grandes debates previstos en la 74ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Acudirán a la cumbre tanto el presidente de Irán Hasan Rohani como su ministro de Asuntos Exteriores Javad Zarif. En el cruce de acusaciones producido a lo largo de los últimos días, las autoridades de Teherán han negado repetidamente que los ataques sobre Arabia Saudí tuviesen origen en su territorio. Las conferencias de Nueva York de la semana próxima, ha manifestado el secretario general de la ONU Antonio Guterres, son un escenario propicio para que el clima de tensión se reconduzca en una oportunidad de diálogo.

No obstante, el entendimiento entre Teherán y la Casa Blanca parece poco probable, menos aún con las nuevas sanciones anunciadas por el Gobierno estadounidense. El ministro de Petróleo iraní Bijan Zangeneh ha acusado a la Casa Blanca de “utilizar el petróleo como un arma”, en declaraciones recogidas por la agencia ministerial SHANA.

En el plano geopolítico, el ministro Zarif ha mostrado su desconfianza hacia el plan estadounidense de desplegar una fuerza naval en el golfo pérsico durante una entrevista reciente con la CNN. Sí contempla, sin embargo, establecer líneas de entendimiento con sus rivales. Ha añadido que, aunque su país no dudará en responder militarmente si es víctima de algún acto de agresión, es partidario de entablar conversaciones para resolver el conflicto de Yemen; una posición que comparte también el ministro de Exteriores ruso Sergei Lavrov. Zarif, no obstante, ha insistido en que las negociaciones de paz para Yemen deben quedar confinadas a una esfera estrictamente regional. “No hay motivo para llamar a Estados Unidos”, ha sentenciado para la CNN.

A medida que se han recrudecido las tensiones, Irán ha reanudado algunas de las vías de actuación dentro de su programa nuclear. “Estados Unidos debe volver a la mesa del acuerdo nuclear porque se trata de un acuerdo en el marco del Consejo de Seguridad”, ha asegurado Zarif. Nuevos pactos en materia de seguridad atómica no parecen fáciles, dada la polarización de las posiciones en Teherán y Washington.

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