Leopoldo López llama desde la cárcel a la «toma de Caracas en defensa de la Constitución»
Son ya más de dos años y medio en la cárcel, aislado en lo alto de una torre húmeda y herrumbrosa de una prisión militar. Sometido a privación de sueño, asaltado a cualquier hora del día o de la madrugada para registrarle la celda, privado de comunicación con el exterior, salvo los contactos con su mujer un domingo sí y otro no… porque a un funcionario se le pone en voluntad que «hoy usted no pasa». Pero, aun así, Leopoldo López ha logrado transmitir a sus allegados un llamamiento para «la toma de Caracas» convocada por la oposición este miércoles 26 de octubre.
De vez en cuando, las autoridades de la dictadura chavista conceden un permiso especial. Sólo alguno de los supuestos mediadores internacionales han podido traspasar los muros de la prisión de Ramo Verde para contactar con le preso político más famoso del mundo, para escarnio del mandatario Nicolás Maduro. La semana pasada, el ex presidente panameño Martín Torrijos pudo hablar con López, quien le transmitió su «honda preocupación» por la situación de «tensión social» en Venezuela y de «emergencia humanitaria».
López asegura, en estas declaraciones transmitidas por fuentes de su entorno que ratifica «la posición» que le manifestó recientemente al presidente Torrijos: «El oficialismo no ha dado señales concretas de buena voluntad para un diálogo».
Las carencias en el país caribeño no son ya sólo de libertades –con presos políticos, medios perseguidos y ruptura institucional del Poder Ejecutivo con el Legislativo–, el régimen dictatorial bolivariano ha logrado hundir económicamente el país. Ya no hay alimentos de primera necesidad ni medicinas, mueren recién nacidos en hospitales por falta de fármacos. Los que todavía tienen empleo no pueden siquiera abastecer con su sueldo las despensas familiares ya que sus cartillas de racionamiento nunca hallan quién las selle, porque no hay qué comprar en los lineales de los supermercados después de perder horas de trabajo haciendo horas de cola en la calle.
El preso político recuerda desde la cárcel a sus compañeros y los anima a seguir en la lucha: «Mi reconocimiento a Henrique Capriles, María Corina Machado, Henry Ramos Allup y Antonio Ledezma», quienes ratificaron su postura común estos días.
Y ante la convocatoria para llenar las calles de la capital con la voluntad popular –precisamente , el nombre de su partido político–, López insiste en animar a los ciudadanos a seguir en la lucha por la vía pacífica: «¡Hermanos, estamos unidos! Maduro va por el mundo mintiendo y cometiendo fraude: ¡en Venezuela no hay democracia y no hay diálogo!»
Él es testigo. Con la dictadura venezolana no se puede negociar. Y, hasta ahora, las mediaciones –la de Torrijos, la de Zapatero… y hasta la del Papa– no han dado frutos. Porque Maduro «no tiene voluntad». Según López, «en Venezuela las condiciones para un diálogo no se darán por concesiones de una dictadura, serán generadas por la presión popular».
Así, López llama a salir a las calles «con todas las fuerzas», a tomar «hasta el último rincón de Venezuela». Y, como hizo en su comparecencia ante la Corte de Apelaciones el pasado mes de julio, López invoca la misma Constitución venezolana y cita su artículo 333: «Todo ciudadano investido o no de autoridad tiene el deber de colaborar en el restablecimiento de la vigencia de esta Constitución».