Los incendios forestales arrasan Líbano

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Territorio libanés visto desde la frontera con Israel. (ADP)
  • Henar Hernández | atalayar.com

En los últimos dos días, se han declarado más de 100 incendios, que cruzan el territorio libanés de norte a sur. Hasta el momento, se han quemado 1.200 hectáreas, de acuerdo con director del programa de Tierra y Recursos Naturales de la Universidad de Balamand (Líbano), George Mitri. “Son los peores que han azotado al país en décadas”, ha declarado el director general de Defensa Civil de Líbano, Raymond Khattar.

Así, en un escenario marcado por la inestabilidad, sobre todo, tras el inicio de la ofensiva de Turquía contra las posiciones kurdosirias, Líbano está siendo protagonista de otra situación convulsa en la región. En este caso, sin embargo, la responsable de lo que acontece en el país que guarda frontera con Siria e Israel, es la naturaleza.

Las autoridades libanesas culpan a las temperaturas inusualmente altas -que rondan los 35 grados- y a los fuertes vientos de la propagación exponencial de los focos, unas condiciones meteorológicas que también han provocado incendios en otras zonas de la región, como las provincias costeras sirias de Latakia y Tartus, así como el dominio central de Homs, según ha informado la agencia estatal de noticias siria SANA. El fuego en el país liderado por Bachar al-Asad ha quemado, fundamentalmente, áreas forestales y agrícolas.

En Líbano, las zonas más afectadas se corresponden con las regiones de Shouf y Metn, en la cordillera de Monte Líbano, ubicada tanto al este como al sureste de Beirut, la capital. Sin embargo, cabe destacar que las llamas también han alcanzado núcleos urbanos, como la ciudad de Damour, ubicada a tan solo 15 kilómetros al sur de Beirut, quemando vehículos, tiendas, establecimientos y edificios enteros. La cercana aldea de Dibbiyeh también ha resultado fuertemente afectada.

De acuerdo con Mitri, “antes de estos incendios, Líbano ya había perdido tres millones de árboles solo en 2019 debido a incendios forestales, lo que equivale a todos los árboles plantados en iniciativas de reforestación en los últimos 15 años”. En total, ardió una superficie cifrada en 1.300 hectáreas. Todo ello ha supuesto una “absoluta catástrofe para la biodiversidad nacional”, en palabras del experto.

Otro impacto que se ha registrado como consecuencia del fuego ha sido la explosión de 20 minas terrestres, colocadas durante la guerra civil (1975-1990) en áreas declaradas fuera de los límites, como ha anunciado Khattar.

En cuanto a los daños personales, hasta el momento se ha contabilizado un muerto en Líbano -un bombero voluntario- y cerca de una centena de heridos. En el caso de Siria, se han registrado dos víctimas mortales, que se corresponden con dos miembros de la Defensa Civil.

La respuesta al fuego

La capacidad de respuesta del Gobierno de Beirut ante los incendios ha sido cuestionada en estas 48 horas. Los motivos se fundamentan, sobre todo, en la falta de medios y recursos para combatir las llamas. Por un lado, las críticas florecieron al descubrirse que tres helicópteros especializados en esta materia se quedaron en tierra el martes, cuando se reportaron los primeros focos. Según explica Al Jazeera, las tres unidades del modelo Sikorsky S-70, que costaron cerca de 14 millones de dólares, se encuentran en mal estado al haber permanecido más de cinco años fuera de servicio por carencia de fondos para su mantenimiento.

La mayor controversia viene dada porque su capacidad de almacenaje de agua, 4.000 litros, supera a la de los helicópteros utilizados por el Ejército para esta contienda, estipulada en 700. El ex ministro del Interior, Ziad Baroud, en declaraciones al periódico libanés The Daily Star, ha reconocido que durante el periodo que él estuvo en el cargo “no tenían dinero para el mantenimiento” -una partida estipulada en 600.000 dólares por año-, pero que, con lo que está aconteciendo en la actualidad, “el gasto en mantenimiento no es significativo en comparación con el coste de los incendios”. “No es nada comparado con lo que estamos presenciado ahora”, sentenció el exministro.

Por otro lado, más reproches se han orientado la utilización de vehículos antidisturbios como camiones cisterna, pues simplemente se les ha instalado un cañón de agua provisional.

La Agencia Nacional de Noticias (NNA) ha recogido las declaraciones de ciertos parlamentarios sobre esta cuestión. Así, el diputado Hajj Hassan aseguró que “el Estado libanés no tiene preparativos para apagar incendios”, por lo que se “ha probado la debilidad y la incapacidad del aparato estatal”. Por su parte, el parlamentario Sami Gemayel exhortó a la Cámara a crear un comité de investigación parlamentaria para “determinar las responsabilidades”. “Hoy tenemos un problema de incendios y podemos presumir inundaciones en la próxima semana. Debemos prepararnos: los desastres naturales son recurrentes y debemos anticiparnos”, señaló este último. Un portavoz del Ministerio del Interior, Raya El Hassan, consultado por The Daily Star, fue más allá y aseveró directamente que “el país está en déficit. No hay dinero en el tesoro, no hay dinero para cuestiones de mantenimiento”.

Esta fehaciente falta de capacidades técnicas ha derivado en la solicitud de ayuda internacional por parte del Ejecutivo libanés. A su llamada de auxilio han respondido diversos países vecinos, como Chipre, Jordania y Grecia, que han fletado dos hidroaviones cada uno para combatir las llamas, así como los efectivos de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU desplegada en el país, UNIFIL.

En cambio, desde Israel, país limítrofe, aseguran que no han recibido ninguna petición de ayuda, por lo que no planean enviar ningún tipo de recurso. Esto ha sido mal visto por la prensa israelí, que ha titulado artículos como “Líbano recurre a los vecinos, pero no a Israel, para que los ayuden a combatir los incendios forestales”, en el caso de The Times of Israel o de la publicación en español Noticias de Israel. Ambos medios recalcan que “en el pasado, el Estado judío ha ofrecido varios tipos de ayuda a los Estados de la región, incluidos aquellos con los que no mantiene relaciones diplomáticas”.

Entre las medidas nacionales aprobadas que se están contemplando como respuesta, destaca el establecimiento de “un mecanismo para que los representantes de la industria y los comerciantes ayuden a los municipios y regiones dañadas”, como ha anunciado el ministro de Industria, Wael Abu Faour, a la NNA.

 

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