Los espías de EEUU alertan de que Rusia ultima una nueva arma espacial que es «una grave amenaza»

Putin refuerza su tecnología ofensiva para atacar satélites, aunque la Casa Blanca dice que aún no la tiene operativa

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Joe Biden, en una comparecencia en la Casa Blanca (Foto: EFE).
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Los espías de Estados Unidos han destapado que la Rusia de Putin está ultimando una nueva arma espacial, destinada a atacar satélites, lo que supone un riesgo evidente para la seguridad internacional. Una ofensiva contra satélites provocaría graves impactos no sólo en la capacidad operativa militar de los países afectados sino también en la estabilidad de los engranajes socioeconómicos.

En definitiva, constituiría una capacidad de ataque de amplias repercusiones. De ahí que la Casa Blanca reconozca que se está tomando muy en serio esta «grave amenaza», aunque a renglón seguido trata de tranquilizar asegurando que Moscú aún no ha desplegado esta nueva tecnología y que, por tanto, todavía no la tiene operativa.

Washington no ha dado detalles sobre la capacidad exacta que tendría este nuevo armamento. Dice que «no existe una amenaza inmediata para la seguridad de nadie». Pero, al mismo tiempo, afirma que esta nueva tecnología constituye una «grave amenaza» para Estados Unidos.

En gran parte, los mensajes que la Casa Blanca ha lanzado al respecto en las últimas horas son contradictorios. A la vez que afirma que «no estamos hablando de un arma que pueda ser utilizada para atacar a seres humanos o para causar una destrucción física en la Tierra», reconoce que es una amenaza real de amplio alcance, debido a las consecuencias que tendría un ataque a satélites estratégicos de los que dependen tanto las fuerzas armadas occidentales como el funcionamiento de sectores socioeconómicos críticos.

Por eso, ante la evidencia, Washington reconoce que «hemos estado siguiendo de cerca esta actividad rusa y vamos a seguir tomándonos esto de manera muy seria». Lo ha dicho este jueves John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca.

Amenaza nuclear

Aunque Kirby no se ha referido a la posibilidad de que esa tecnología espacial que está desarrollando Rusia pueda incorporar armamento nuclear, la cadena estadounidense de televisión ABC sí ha apuntado en esa dirección. Citando a dos fuentes conocedoras del caso, esta cadena ha afrimado que esa amenaza estaba relacionada con la intención de Moscú de poner armas nucleares en el espacio con la intención de atacar satélites.

«Puedo confirmar que se trata de una tecnología antisatélites que Rusia está desarrollando», ha dicho Kirby. Se ha referido a este asunto un día después de que el desarrollo de esta nueva arma por parte del régimen de Putin fuera destapada por el presidente del comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU, Mike Turner. Éste lo desveló a través de un comunicado en el que anunció que Estados Unidos se enfrentaba a una «grave amenaza», pero no especificaba su naturaleza, y solicitaba a Biden que desclasificara información de inteligencia sobre dicha amenaza para que el público pudiera acceder a ella.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Rusia ha estado trabajando en el desarrollo de este tipo de armamento durante «muchos meses, e incluso puede que algunos años», aunque no fue hasta hace unas semanas cuando la comunidad de inteligencia de EEUU pudo concluir con mayor confianza que Moscú continúa persiguiendo este objetivo.

Según Kirby, Biden ha seguido de cerca toda esa amenaza y ha ordenado que se informe tanto a los aliados de Estados Unidos en el mundo como que haya contacto con Rusia para abordar este problema, aunque todavía no ha podido establecerse una vía directa de comunicación con el Kremlin.

Asimismo, Biden ha pedido al asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, su principal asesor en asuntos exteriores, que se reúna con líderes demócratas y republicanos en el Congreso para hablar con ellos sobre la última información de inteligencia al respecto. Además, la Casa Blanca informará al Senado cuando vuelvan a celebrarse sesiones el 25 de febrero, indicó Kirby.

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