El instituto donde estudiaba uno de los terroristas de París alertó de su radicalización
El instituto Annessens-Funck descansa tranquilo durante las vacaciones navideñas en pleno centro de Bruselas, a 350 metros de la icónica fuente Manneken Pis. A comienzos de año uno de sus estudiantes empezó a comportarse de forma extraña, cuentan que su cuya atención se desvió del fútbol, los cigarrillos y las chicas a los mensajes del islamismo más extremista. Su nombre era Bilal Hadfi y tras volver de un viaje a Siria perpetró uno de los ataques coordinados el 13 de noviembre en París que acabaron con la vida de 130 personas.
Los interrogatorios llevados a cabo en el instituto han revelado que el estudiante «había llamado la atención» a principios de año por celebrar los ataques en la redacción en París de la publicación satírica Charlie Hebdo, el 7 de enero. Varios maestros alertaron de que en sus clases dijo que aquellas víctimas fueron “merecidamente asesinadas porque en repetidas ocasiones habían sido advertidas por insultar al Islam” además hacía comentarios homófobos en clase y decía que en el instituto no había tolerancia de sus propias creencias. Unos comentarios que también han sido encontrados en su perfil en Facebook con ya su nombre de guerra y posando con la bandera del ISIS.
Tras ello, poco después el chico desapareció repentinamente. Fue entonces cuando en un email el 27 de abril, el director del instituto, Chris Pijpen, dijo a un funcionario de Educación que Hadfi no había asistido a clase desde el febrero 24. Los funcionarios se reunieron con su madre y su tía, el 23 de marzo. Supuestamente el joven se había ido a Marruecos, donde tenía parientes, porque estaba «harto» de la escuela. Quería «recargar pilas» y visitar la tumba de su padre.
Previamente a ese viaje que en realidad fue a Siria, ya en 2014, según la escuela que ha sido visitada por Ok diario, Hadfi estaba teniendo problemas en casa tal como recogieron los funcionarios en un informe. Vivía con su madre y dos hermanos y vivió “angustiado” tras la muerte de su padre. Un hermano dijo que Hadfi comenzó a fumar marihuana y saltarse clases para «pasar el rato con los amigos equivocados».
También se ha conocido que la madre del terrorista confesó 10 días antes de los atentados el temor que tenía de que su hijo veinteañero «estallara de un día a otro». La madre que ha vuelto a expresarse en público, Hadfi Fátima en una entrevista a un canal local MAGHREB TV ha mencionado que el joven fue arrancado de su familia, “no pudimos predecir nada, vivió como todos los demás, iba a la escuela, era un buen chico, agradable y servicial”. En una entrevista de más de media hora ha remarcado las dificultades para recuperar su cadáver.
Mientras tanto, la polémica sigue abierta en Bélgica. El director del centro envió el correo a sus superiores y se sorprendió cuando tras eso no pasó nada. Pero también lo cierto es que los informes de los profesores detallando las sospechosas conductas del joven fueron elaborados pero «quedaron bloqueados a nivel de la administración» y no llegaron al departamento de Justicia.
El director del centro ha sido apartado de su cargo aparentemente por llegar tarde a una reunión. Él se declara como “el chivo expiatorio del fracaso de sus superiores” y añade que no se dirigió directamente a la policía porque el protocolo le obliga a pasar por sus superiores. Estos afirman que para cuando el director envió el email ya era demasiado tarde al encontrarse el joven en Siria.