Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua arropan a Maduro frente al «golpe de Estado de la derecha»

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Nicolás Maduro. (Foto: AFP)

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tiene las calles llenas de manifestantes pidiendo elecciones y a la oposición enfurecida tras su intento de golpe de Estado para arrebatarle la Asamblea Nacional, único poder que no controla el régimen. Su reacción, reprimir las protestas con violencia y culpar a Estados Unidos y sus aliados de la situación en el país.

Este lunes, el dictador aseguró que Washington está «bloqueando» las vías de diálogo con sus rivales políticos, obviando por ejemplo la condena a Henrique Capriles que le inhabilita durante 15 años dictada por la ‘justicia’ del chavismo. Maduro mira afuera para justificar la escasez de productos de primera necesidad o el cada vez mayor número de voces que pide su marcha.

Carga también contra la Organización de Estados Americanos (OEA), en concreto contra su secretario general, Luis Almagro, a quien llama «basura de basuras» o «escoria», y denuncia un «golpe de Estado» de la «derecha oligárquica subordinada a los intereses de la Casa Blanca». Son palabras al término de la reunión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), convocada en apoyo a su gobierno.

Pero su soledad no es total -Podemos aparte-, ya que cuenta con el apoyo de Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que han rechazado en una declaración «las agresiones y manipulaciones concertadas» contra el dirigente, que «amenazan tanto su soberanía, independencia y estabilidad, como las de toda la región».

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