ESTADOS UNIDOS

La CNN ficha a su tercer CEO en un año para evitar la quiebra

Mark Thompson, nuevo CEO de CNN
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La CNN o se reinventa o podría acabar convertida en un canal marginal para consumo propio de los defensores del globalismo. Hace unos días su consejo de administración decidió nombrar al periodista británico, Mark Thompson, como nuevo CEO de la televisión a partir del mes que viene. Se trata del tercer máximo directivo que el canal de noticias tiene en un año y que supone el colofón a varios años de crisis de audiencia, credibilidad y reputacional que han llevado a la empresa matricz, Warner Bross Disscovery, replantearse si vale la pena seguir luchando por la supervivencia del canal.

Mark Thompson llegará el 9 de octubre para ocupar la plaza de Chris Licht, despedido en junio por retransmitir una entrevista en vivo y en directo del público con el ex presidente, Donald Trump, de la que precisamente el líder republicano no salió mal parado, algo que provocó una oleada de protestas internas en la redacción porque se esperaba que si se hacía un programa con el mandatario era para que saliera despedazado, sobre todo en un medio sesgado a la izquierda y que siempre se ha significado a favor del presidente Biden.

Licht había reemplazado en 2022 a Jeff Zucker quien presentó su dimisión por su affaire con la directora de marketing y vicepresidenta de la empresa, Allison Gollust.

Pero los problemas de liderazgo interano son en buena parte consecuencia de la crisis de audiencia de CNN que entre abril y junio de este año sólo tuvo una media de 500.000 personas en EEUU, lo que para un país de 332,2 millones de habitantes es una cifra verdaderamente ridícula. Sobre todo si se tiene en cuenta que un año antes la audiencia media había sido de 1,8 millones de espectadores.

La CNN está actualmente muy por detrás de Fox News, televisión de referencia de la derecha estadounidense, que en agostó contabilizó una audiencia media de 1,2 millones de espectadores e incluso de la MSNBC, una televisión fuertemente de izquierdas y que con su 952.000 televidentes casi dobla en audiencia al canal de noticias fundado por Ted Turner.

El problema reputacional y de credibilidad de CNN viene precisamente bajo la administración estadounidense de Joe Biden, quien se ha encargado de ayudar a su canal amigo a través de la sintonización de sus programas en los edificios federales, fenómeno que se repite en las sedes centrales de organizaciones internacionales como la ONU o la Unión Europea, que siempre que tienen monitores de televisión es para conectar con la televisión de referencia del globalismo internacional.

Rehén de los eslóganes de la izquierda

Otro de los problemas añadidos ha sido precisamente caer rehén de todo aquello que critica y de lo que la izquierda suele hacer bandera: feminismo, racismo, igualdad… Por ejemplo, hace cinco meses uno de los presentadores estrellas, Don Lemon, tuvo que ser despedido por «machista». Una investigación interna concluyó que mantuvo un comportamiento «misógino» y «machista» con sus compañeras de trabajo. Meses atrás despreció a la candidata republicana a las presidenciales de EEUU en 2024, Nikki Halley, de quien dijo que era a sus 51 años mayor para ir a unas elecciones, obviando que el presidente Biden tiene 80 años o que Trump cuenta con 77 años.

A finales de 2021, el presentador estrella Chris Cuomo fue despedido por ayudar a tapar a su hermano, el ex gobernador de Nueva York (Andrew Cuomo), de las acusaciones de acoso sexual de varias de sus trabajadoras. El Cuomo periodista también fue denunciado de acoso sexual por una compañera de la cadena.

La llegada de Mark Thompson se produce pues en un momento en que el mercado de la televisión está afrontando importantes cambios tras la irrupción de las plataformas de video bajo demanda. Thompson fue director general durante varios años de la BBC y, posteriormente, fue fichado por el New York Times para hacer frente a la crisis de pérdida de lectores y anunciantes.

Thompson, en su propio comunicado, dijo que el periodismo televisivo se está acercando a su punto máximo de disrupción: «Nos enfrentamos a presiones desde todas las direcciones: estructurales, políticas, culturales, lo que sea. Al igual que muchas otras organizaciones de medios, CNN ha sentido recientemente parte de la incertidumbre y la angustia que conlleva todo eso. No existe una varita mágica que yo ni nadie pueda utilizar para hacer que esta disrupción desaparezca. Pero lo que puedo decir es que donde otros ven una amenaza, yo veo una oportunidad», concluyó.

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