Caos y frustración entre los turistas británicos que huyen de Egipto
Como si de un nuevo Dunkerque se tratara, miles de turistas británicos esperan varados en el aeropuerto egipcio de Sharm el Sheij el vuelo que les traslade al Reino Unido tras unas vacaciones marcadas por un regreso caótico y apresurado.
La británica Joanna Baker tuvo que quedarse en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij después de que un avión ruso se estrellara en el Sinaí la semana pasada y a pesar del lujo que la rodea se siente frustrada por su situación.
Baker y su novio, Arjun Mehta, deberían haber regresado a Reino Unido el viernes, tras pasar una semana de vacaciones en esa ciudad turística del mar Negro, pero allí siguen, bloqueados junto a miles de turistas.
Londres, que al igual que Washington sospecha que una bomba explotó a bordo del avión ruso matando a las 224 personas a bordo, suspendió los vuelos hacia Sharm el Sheij.
Su aerolínea instaló a la pareja en un hotel de lujo, pero la playa privada del establecimiento y el sol ya no son atractivos.
«Nos sentimos como si estuviéramos atrapados», cuenta Baker, de 22 años, mientras juega al tenis de mesa con su novio. «Nos lo pasamos bien hasta el jueves, pero ahora nos sentimos frustrados. El hotel es estupendo, la gente es estupenda, pero no sabemos adónde vamos».
Cerca de 17.000 británicos siguen esperando en Sharm el Sheij. Londres, que ya repatrió a al menos 3.500 entre el viernes y el sábado, avisó que algunos quizá tendrán que quedarse más tiempo en Egipto.
«Lo único que hacemos es madrugar, preparar nuestro equipaje y esperar (…) Estamos cansados de hacer nuestras maletas y deshacerlas», cuenta Mehta, que espera poder regresar a su país este domingo.
«Tengo que volver al trabajo el lunes y él tiene que regresar a la universidad. Y no sabemos cuando llegarán nuestras maletas» a casa, dice Baker.
Por motivos de seguridad, Reino Unido sólo permite que los británicos evacuados viajen con su equipaje de mano. Las maletas facturadas tendrán que volar en aviones distintos fletados expresamente.
En varios hoteles de la ciudad, los turistas esperan en el interior de los establecimientos o en playas privadas, preparados para dirigirse al aeropuerto en poco tiempo.
Las agencias de viajes y las aerolíneas reembolsarán a los turistas los gastos de sus días adicionales en Egipto pero muchos acusan a las compañías aéreas de «gestionar mal» la situación.
«El hotel y su personal son estupendos, pero la aerolínea no nos ha llamado, ni telefoneado ni escrito un correo electrónico», cuenta Rob Ashford, de 27 años, que tendría que haber regresado a Manchester el viernes.
«Nadie sabe nada. Parece que podríamos seguir aquí durante otra semana», lamenta.
Para Paul, un informático de 49 años, tener unos días más de vacaciones no parece ser un problema. «No es tan estresante y, sinceramente, es mejor estar bloqueado en el hotel que sufrir una explosión».
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