Cómo hacer blanco roto
Si has de pintar las paredes de casa y has elegido el color blanco para ellas, puede que te sorprendas descubriendo que en realidad hay más de una tonalidad dentro del blanco. Una de ellas, es la del blanco roto que se recomienda muchísimo de modo que vamos a ver en qué consiste este color y cómo hacer blanco roto paso a paso y de manera fácil.
Qué es el blanco roto
Cuando hablamos de blanco roto, nos referimos a ese tono de color blanco que es algo más apagado que el blanco puro. Este es un color que podemos conseguir hacer si tenemos una base de pintura de color blanco y puede que si investigas el modo de hacerlo te des cuenta que también se le conoce como «blanco sucio».
El blanco roto es un color que te irá muy bien si ya de por sí tienes una instancia muy iluminada, ya que si la pintas con blanco puro verás como la luminosidad es tan fuerte que incluso puede que te moleste a la vista. Además, con un blanco roto vas a conseguir que los muebles resalten y no se vean apagados por la luz del blanco puro y por otro lado lograrás que si se mancha o ensucia la pared no se note tanto. Veamos entonces cómo conseguir este tono.
Pasos para hacer blanco roto
Conseguir hacer blanco roto en casa es realmente fácil teniendo en cuenta dos cuestiones: primero que tengas un bote de pintura blanca y segundo, que sepas que intensidad de blanco deseas como color blanco roto.
Piensa que en las tiendas de pintura vas a poder ver toda una paleta de blancos que van desde el más puro a uno que sea de un estilo amarillento o también grisáceo. Para lograr el blanco roto deberás escoger un blanco puro y a partir de este tintar para que se torne de un tono más apagado.
- Por ello, necesitas pintura blanca y un tinte que puede ser de color negro o marrón. Echas unas gotitas del tinte dentro de la pintura blanca, remueves y verás como la pureza del blanco se oscurece ligeramente.
- Si el blanco sigue viéndose blanco pero como si estuviera manchado has logrado el color blanco roto que querías hacer, pero si notas que está demasiado oscuro, deberás entonces añadir un poco más de pintura blanca.
- Lo ideal es coger un recipiente en el que puedas echar la pintura blanca y añadir el tinte (comienza con un par de gotas), lo mezclas y vas comprobando si el blanco se va poniendo o no, sucio.
- Una vez logrado el blanco roto, ya puedes comenzar a pintar las paredes. Deja que se seque con la primera capa ya que el tono suele elevarse un poco más una vez lo hayas aplicado. Si consideras entonces que necesitas una segunda capa la aplicas, y ¡listo!.